extra-n-1  Mujeres que cuentan [ESPECIAL AUTORAS]

 

DISTRIBUIDORAS

Distribuir o no distribuir:
esa es la cuestión

Rosa Merás

Distribuir no es mi pasión aunque reconozco que, una vez que conoces el trabajo y consigues cierto reconocimiento por parte de la profesión, comienza a resultar agradable. Hasta llegar a ese punto, pocos trabajos pueden resultar más desagradecidos que el de dedicarse a la venta de espectáculos culturales en España porque el día a día se convierte en un gran NO: no tienen dinero, no tienen fechas, no responden al teléfono, no han recibido la información, no les encaja el espectáculo en su programación, no es de su interés, no es para «su» público, es caro… siempre es muy caro aún cuando lo ofertas a pérdidas por alguno de esos locos motivos a los que nos empuja muchas veces la pasión y el amor por las artes escénicas… Cuando a ello se le une el detalle de que lo que vendes es producción propia, es un trabajo que te deja sin aliento y sin energías. Cuando consigues cierto estatus profesional las relaciones con los programadores y resto de profesionales se vuelven más íntimas, más cercanas, casi de amistad y todo se vuelve algo más amable y llevadero.

¿Por qué hago distribución, entonces? No se puede producir sin tener a alguien o a alguna empresa que distribuya dichas producciones o no serían viables y estarían condenadas al fracaso. Hay mucha producción, poca exhibición y muy pocos distribuidores bien posicionados en el mercado y contar con un distribuidor se convierte en misión imposible. Tras el estreno de mi primera producción me di cuenta de que ésta era la realidad del mercado y que si quería sobrevivir, tendría que ponerme a distribuir yo misma. Así hice.

Más allá de que vivimos en el patriarcado y del día a día normal de una mujer en este sistema, no hay mayor diferencia entre cualquier otra profesión y la distribución. Es una profesión sin horarios, en la que viajas mucho, vas a muchas ferias del sector, tienes muchas reuniones, estás mucho tiempo fuera de casa y la única pequeña diferencia entre ellos y nosotras, que pasa casi desapercibida es que siempre estamos pensando en reservar energías porque hay que volver a casa y tenemos que cuidar de los nuestros: de padres, hijos.as, parejas… Nunca escucho estos comentarios en boca masculina. No es algo que me disguste, tengo que admitirlo. Me parece más humana, más generosa esta actitud nuestra pero es verdad que esto termina afectando a las ventas porque nunca eres la última en volver al hotel. Hay muchas mujeres programadoras en el sector y ellas lo viven de la misma manera así que no supone una gran dificultad extra el hecho de ser mujer u hombre para el desarrollo de la actividad.

La distribución es siempre la gran olvidada: las compañías se acuerdan de nosotros cuando ya han estrenado. No son consciente de que necesitamos formar parte del proyecto desde el minuto cero. Por plazos de ventas pero también porque vender un producto que, en principio, aspira a cultural requiere de un conocimiento y una sensibilidad especial en el que tendrá que realizar la venta. El distribuidor debe saber y conocer aquello que va a vender y, por lo tanto, debe ser artista o entender de arte.

Es difícil que un dramaturgo escriba en función de un público. El productor, si quiere salir adelante, debe tener muy claro a qué público va dirigido su espectáculo y, sobre todo, si hay un público para el mismo. Pocos son los que tienen esto presente y, por lo tanto, pocos son los que consiguen vivir de las Artes Escénicas pero, ¿cómo pedirle a un dramaturgo que escriba para un público si quiere que su texto llegue a ser estrenado? Me parece imposible. El autor escribe partiendo de una necesidad interna a excepción de los encargos. Si necesita hablar sobre la levedad del ser, no va a hablar sobre el problema de los refugiados… El distribuidor sólo puede hacerse cargo de aquellos espectáculos que crea que puede mover en el mercado y esto queda, muchas veces y por desgracia, al margen de la calidad artística de los mismos. Porque su trabajo es vender y si no lo hace, no es bueno en lo suyo. A veces, llevamos en cartera esa otra obra de arte, esa joyita que sabemos que no se va a poder distribuir más que muy puntualmente pero que tanto nos apasiona. En mi caso que soy actriz, produzco y distribuyo, trato de alcanzar cierto equilibrio entre lo que deseo contar, el trabajo creativo y que haya un público para cada espectáculo para poder vender funciones y poder vivir de mi trabajo. Como esto no es matemático, no siempre lo consigo. En mi caso me falta visión mercantil, no es que no la tenga, creo que sé perfectamente qué puede tener salida y qué no, con qué se podría ganar dinero y con qué no se va a ni a cubrir gastos pero el dinero no es el motor de mi empresa lo que seguramente no sea la mejor decisión pero es la que he tomado. A veces sus consecuencias resultan muy dolorosas y arriesgadas pero no me arrepiento.

¿Cómo pueden dramaturgo y distribuidor ayudarse mutuamente? Como ya he comentado, es muy difícil porque los estímulos para el desarrollo de cada disciplina están muy alejados. La única posible manera sería a través del trabajo en grupo, equipo o compañía semi o totalmente estable. De esta manera, el autor propondría a producción y distribución temas y argumentos a desarrollar dependiendo de los consejos de estas dos disciplinas.

Desde mi modesta opinión, el dramaturgo debe escribir con toda la libertad de que sea capaz, siendo fiel a sus necesidades y hacerlo en abundancia pero con la consciencia de que quizás tan sólo una de cada diez creaciones podrá ser estrenada. Tomar esa circunstancia como una parte más del trabajo y evitar con ello la frustración de verse trabajando en soledad y sin apenas o ningún reconocimiento público, cuando lo que quiere un dramaturgo, es ver su obra llevada a la escena. Mientras no se apruebe el estatuto del artista y se trate a los artistas y creativos con una fiscalidad específica que tenga en cuenta las necesidades para la creación y se cuente con apoyo de lo público. Hasta que la política no se tome en serio la necesidad de la cultura, me temo, que no habrá otra salida.

 

Rosa MerásROSA MERÁS

Estudia Arte Dramático en el ITAE y en el “Estudio de actuación Juan Carlos Corazza”. Completa sus estudios con Cursos de interpretación, cuerpo, voz y producción (E.T.E., Antonio Valero, Montxo Armendáriz, John Strasberg, Pere Planella, Sylvain Cortay, Claudio Tolcachir, entre otros). Master en AAEE en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Tiene experiencia en todos los campos de la interpretación. Destacamos sus trabajos en Cenizas del cielo, J. A. Quirós. 2008. Otros días vendrán. Eduard Cortés. 2005, Mis estimadas víctimas. Pedro Costa. 2000, La vida de nadie Eduard Cortés. 2003, Pídele cuentas al rey de J.A. Quirós. 2000, Cuernos de mujer. Enrique Urbizu. 1995, ¿Cómo ser infelíz y disfrutarlo? Enrique Urbizu. 1993.

En televisión destacamos sus actuaciones en series como Los Misterios de Laura , La Pecera de Eva, Hospital Central, La Familia Mata, Lobos, Tres Hijos Para Mí Solo, Canguros, Del Miño Al Bidasoa, Los Jinetes Del Alba, Juntas Pero No Revueltas, La Otra Familia, Más que Amigos, El Súper, Ellas son Así, Gran Fiesta.

En teatro podemos destacar: La Celestina con Gemma Cuervo. Dir. Mariano de Paco Serrano. Carne de gallina. Dir. Maxi Rodríguez. Viaje al profundo Norte. Dir. Etelvino Vázquez. Perdidos En el Limbo, El Desdén con El Desdén. Dir.: Jesús Cracio, La Herida Del Tiempo. Dir. Antonio Malonda.

En 2003 funda ARTEATRO P. T. donde actúa y/o dirige y/o produce y/o distribuye y donde desarrolla su actividad profesional desde entonces.

Entre sus producciones y distribuciones propias destacamos: Cuentos Musicales (2003), Principito (2004), El Carnaval De Los Animales (2005 ), El Rap De La Tarara (2006), Perdidos En El Limbo (2009), Sherlock Holmes Y El Caso De La Risa Secuestrada (2010), Reestreno Del Carnaval De Los Animales (2011), ¡Adiós, Don Colesterol! (2013), Carne de Gallina (2014), Cocina (coproducción con el CDN).

Productora asociada de los espectáculos de Secuencia 3: para El galán fantasma, La Celestina, Historia de 2, Anfitrión, Hombres de 40 y El caballero de Olmedo de los que también es Co-distribuidora junto con El extraño viaje, Maniobras, El lazarillo, Entremeses, Palabra de perro, Cristina del Valle, Belén Arjona y Javier Elorrieta, entre otros.

 

 

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