N.º 58El autor teatral en las Comunidades autónomas II

RESEÑA

Una canción italianaUna canción italiana

 

Cristina Santolaria Solano

 

Javier de Dios
Fundación SGAE, Madrid, 2022

 

 

 

 

Casi me turba reconocer que, aunque hace más de un lustro que me relaciono y colaboro con el Javier de Dios-gestor en la Asociación de Autores y en el INAEM, hasta la publicación de Una canción italiana no me había acercado al Javier de Dios-dramaturgo, y este acercamiento ha supuesto una absoluta sorpresa al descubrir que no solo estaba ante un hombre de teatro que, además de escribir, es director de escena y ha tutelado su propia compañía, La Barca, sino que todo ello lo hace con sumo acierto. Por supuesto, tras estas palabras, el lector deducirá que Javier de Dios es un hombre discreto o que yo vivo ajena al mundo de la escena. Que el lector decida, aunque la respuesta parece evidente.

La lectura de Una canción italiana, y la posterior asistencia al semimontado propiciado por la Fundación SGAE (Sala Berlanga, 15/11/2022), ha despertado mi curiosidad por el teatro escrito por este hombre que, increíblemente, logra conjugar la gestión y la creación: Iván o Praga no han hecho más que corroborar mi primera intuición: Javier de Dios escribe un teatro que persigue entender a los otros, analizar nuestros comportamientos pero también el porqué de los mismos, y todo ello con una prioritaria finalidad social, con el deseo de inquietar nuestras conciencias y mejorar –si el teatro realmente es capaz- nuestra convivencia.

Una canción italiana se hizo con el premio del XVI Certamen Internacional Leopoldo Alas Mínguez, que busca “estimular y normalizar la presencia del colectivo LGTBIQA+ en la creación teatral contemporánea en lengua española”, sin embargo este texto sobrepasa con creces este objetivo. Es cierto que, desde la autoficción, un Javier adulto, el protagonista, sirviéndose del flash-back, recuerda el momento en que, siendo un púber, asumió ante sí mismo y su madre su homosexualidad, pero, sobre todo, Una canción italiana es un homenaje a su Madre, con la España de los primeros años de la Transición como telón de fondo, y todo ello entrevisto con las lagunas y titubeos que, en la memoria, provoca el paso de más de cuatro décadas. El adulto Javier, desde la actualidad, rememora el pasado, pero no lo hace desde el conocimiento que ahora tiene de él, sino desde la visión del Javier-niño, lo que produce un efecto intrigante: nunca el lector/espectador sabe más que el niño, siempre le falta llegar a conocer las causas del comportamiento de los adultos.

La rememoración del Javier adulto, que tiene estructura circular puesto que empieza y termina con la frase recurrente “Si papá y mamá se separaran, ¿con cuál de los dos te gustaría vivir?”, con el olor de las colillas de su padre, el ruido del parabrisas y con una canción de Sandro Giacobbe, sensaciones que darán unidad a los momentos rememorados, sirve como marco en el que se encierra la dialéctica entre la realidad y el deseo en los que se mueve el pequeño Javier. El niño anterior a cumplir 13 años desearía que su padres se reconciliaran y volviera la, para él, armonía familiar, en la que escuchaba con sus padres las canciones italianas. Y frente a todo ello, la irresponsabilidad del padre hacia su hijo, pero también los malos tratos, adulterio y estafa solo conocidos por la madre, y, como sensaciones adheridas a estas vivencias, el repetitivo y obsesivo tic tac del limpiaparabrisas” y las colillas.

He calificado Una canción italiana de homenaje a la Madre, a ese personaje valiente que únicamente con su esfuerzo saca a su hijo adelante en circunstancias muy adversas: ella, una mujer separada, sola, en una España todavía rígidamente controlada por la Iglesia, y merced al intento de abuso de un hombre como Germán, el vecino, quien, por otra parte, se convierte en prototipo de un país machista, recalcitrante y en el que la derecha no se resigna a perder el poder que había ostentado. Pero frente a él, el Javier de 13 años que declara su orientación sexual en una España nueva, una España que tendrá Constitución, podrá votar, legalizará el divorcio o despenalizará la homosexualidad. Y junto a ellos, o a su margen, porque no sabrá estar a la altura, un padre inconsciente que niega la pensión a su hijo y más adelante desaparece totalmente de su vida, es decir, un ser desdibujado, pero cuya ausencia dejará su huella en el niño, quien acabará por ignorarlo, hasta el momento en que, al Javier-adulto lo llama su madre para comunicarle que ese desconocido que fue su padre ha fallecido. Y este es el punto de inflexión que desencadena toda la rememoración. El círculo se cierra.

Antes de acabar no me resigno a comparar Una canción italiana con ¿Fuiste a ver a la abuela?, de Fermín Cabal, otra obra cuyo espacio es la memoria y esta se activa, así mismo, con sensaciones, y no sólo con la palabra. La obra de Cabal se estrenó en 1979, casi en la misma España en la que se sitúa la acción de la de Javier de Dios, pero mientras el drama del leonés se sitúa en el franquismo y deja constancia de la represión de todo tipo (sexual, moral, académica,…) que se vivió en ese periodo oscuro de nuestra historia, el de Javier de Dios aborda la Transición, pero a ambos protagonistas, Antonio y Javier, separados por 40 años, los unirá el deseo de saciar su curiosidad y, más adelante, de expresarse con libertad, tanto en el plano personal como el social. Aunque en la obra de Javier de Dios predomina el tono poético, en cierto modo Una canción italiana representa una continuidad en el marco histórico-político, e incluso de recursos técnicos, respecto a ¿Fuiste a ver a la abuela?

Creo no equivocarme si afirmo que Una canción italiana significa un punto de inflexión en la trayectoria de Javier de Dios, no solo porque con ella se ha liberado de viejos fantasmas mediante un proceso de desnudamiento enteramente sincero, provocado a partes iguales por el dolor y el amor, sino porque ha demostrado su madurez como escritor, su destreza como dramaturgo que domina la técnica y los recursos imprescindibles para cautivar al lector y/o al espectador.

 

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