N.º 56Director-Autor hoy

RESEÑA

 

Una fábrica de recuerdos y emociones

 

Rosángeles Valls
Coreógrafa

 

Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas (1984-1994)Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas (1984-1994)
Centro de Documentación de Artes Escénicas
y de la Música,
INAEM, Ministerio de Cultura, 2021

 

Debemos agradecer todos los que, de un modo u otro, nos dedicamos a las artes escénicas, el impagable trabajo que ha realizado el Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música (CDAEM-INAEM), recogiendo, con amplitud y brillantez, la historia de aquel singular proyecto interdisciplinar que se denominó Centro Nacional de Nuevas Tendencias Escénicas-CNNTE.

Gracias a este extenso documento de recuperación de la memoria hemos podido revivir algunos, conocer otros, la impresionante movilización de la autoría española contemporánea que, en los diez años de vida, realizó el CNNTE.

Un centro que se caracterizó por el compromiso por las propuestas de vanguardia, por los nuevos creadores y, en especial, por la aproximación a nuevos lenguajes o terrenos artísticos. Un centro para que autores, directores, actores, coreógrafos, bailarines, compositores, músicos pudieran crear sus obras desde la más absoluta libertad.

No hay duda de que aquel fue un proyecto arriesgado, un proyecto de construcción a largo plazo que, en su momento, no se pudo, o no se quiso ver, con la perspectiva suficiente, tal como ahora lo podemos apreciar. Quizás por eso se le puso fin. Lo cierto es que todo lo que hizo en sus diez años de vida, y que esta publicación del Centro de Documentación de las Artes Escénicas y de la Música nos pone ante nuestros ojos, es impresionante. Entre otros grandes aciertos, gracias a la labor del CNNTE, la danza teatro en España empezó a ser, aunque tímidamente, un fenómeno conocido y que muchos agentes culturales comenzaron a tener en cuenta.

Guillermo Heras, creador y director del CNNTE, desarrolló un proyecto para las artes escénicas de vanguardia desde el riesgo, dando la más absoluta libertad a los creadores. Prueba de su acierto es que la gran mayoría de los protagonistas de aquellos años que han continuado en la profesión ocupan hoy la primera línea.

Dudo que en los años siguientes se haya hecho una apuesta tan radical por parte de la Administración pública. Recordemos a quienes fueron sus responsables. Dos políticos que, con talento y sabiduría, y desde el conocimiento interno de la profesión, sumado al momento histórico de apertura de nuestras fronteras artísticas, supieron diseñar todo un programa de política cultural concebida como un servicio público, que incluía la creación del CNNTE. Me refiero a Javier Solana como ministro de Cultura y José Manuel Garrido como Director General del INAEM. Ellos fueron los responsables últimos de este centro y, a su confianza y visión de futuro, muchos de nosotros, de los creadores/as de entonces, de los de ahora, le debemos lo que somos actualmente. Y esto es así, y hoy nadie discute la importante contribución que el CNNTE hizo, en sus diez años de existencia, a favor de la consolidación de un fenómeno emergente y desconocido: los que vivimos ese período, los que fuimos coprotagonistas de la gran labor de penetración que se estaba realizando desde el CNNTE, tampoco fuimos conscientes en aquel momento del compromiso de Guillermo Heras y todo su equipo en dar a conocer en España la danza-teatro, o la danza de creación como ahora la denominamos. Todos éramos jóvenes y estábamos iniciando un camino de experimentación en un campo, la danza, por el que habíamos tenido que abandonar este país. Al volver y comenzar a crear espectáculos en España, nos recogió el CNNTE y nos tuteló, sin importarle que nuestro empeño artístico no viniera avalado por el público, demostrando que la insistencia es la única forma de hacerse un hueco en un mercado inexistente. Creyó y confió en estos nuevos creadores, nosotros, los de mi generación, que nos movíamos en ese terreno fronterizo en el que el cuerpo en libertad sustituía a las palabras. Creyó y confió, a pesar de nuestros errores —que fueron muchos— defendiendo un discurso desde la administración publica en el que lo ético y lo estético se daban la mano caminando al unísono.

Los que viajábamos por esta nueva geografía teníamos en la experimentación un campo virgen en el que el riesgo artístico y el mercado ni estaban en nuestro vocabulario ni lo conocíamos. Pese a este desconocimiento tanto del medio como de la producción entendida como gestión de las estructuras de creación, tuvimos la inmensa suerte de tener en Guillermo Heras a un avalista excepcional que promovió y exhibió nuestros espectáculos, comprometiéndose con este nuevo lenguaje casi desconocido en nuestro país, y nos facilitó las oportunidades que, por nosotros mismos, no hubiéramos alcanzado. Nos dio seguridad, nos abrió puertas, nos permitió que las administraciones locales confiaran en nuestras propuestas… porque en el fondo, y aunque existiera cierta mirada condescendiente con el proyecto, si el CNNTE nos abría su casa es porque debíamos de ser interesantes.

Con toda la precariedad, con la falta de estabilidad en nuestras estructuras, con la ausencia de actuaciones y de público, con todos los etcéteras de los que empiezan, teníamos pasión, amor y confianza en el futuro. Ahora, con la perspectiva que da el tiempo transcurrido vemos qué poco hemos avanzado en afianzar una política cultural global para la danza, una política cultural dos veces intentada y dos veces fracasada, que proporcione estabilidad y tranquilidad para crear, eso que intentó Guillermo Heras y que tan bien se desprende del documento del CDAEM. En cualquier caso, sí que hemos avanzado en la sensibilización y conocimiento del público, en los muchos espacios de representación en los que se programa hoy danza en España. Y a pesar de las modas y de las dificultades, ello se debe, en gran medida, al trabajo y el entusiasmo de personas como Guillermo Heras, a instituciones cuya desaparición nunca lamentaremos bastante, y a políticos como aquellos que, en su momento, tuvieron la suficiente visión de futuro para confiar en los creadores españoles y apostar por ellos.

Gracias.

 

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