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Reseña

DestierroDestierro

 

Queti Naranjo
Profesora de arte dramático y actriz

 

VVAA. Antequera: Atopía Editorial. 2020

 

 

 

La editorial Atopía nos regala ocho piezas dramáticas escritas por cuatro mujeres y cuatro hombres que han partido de la misma premisa – ya lo adelanta su título genérico, Destierro: hablar de personas que se han visto obligadas a abandonar sus tierras de origen y, de buen o mal grado, aventurarse a comenzar una nueva vida, o más bien calvario, en otro lugar a menudo inhóspito.

Los distintos autores reflejan sus intereses y maneras peculiares de enfrentarse a la vida y al hecho teatral. Todos ellos  poseen una larga trayectoria en la escritura y en el teatro, por lo que los ocho textos pueden ser muy útiles para llevarlos a escena, tanto en teatros convencionales como en escuelas y talleres dramáticos.

Haremos un breve recorrido por cada una de las piezas.

Carmen Pombero en su Nosotras, obra para 4 escenas, 4 personajes femeninos principales y 3 diferentes espacios, nos muestra de forma desgarradora y cruda los obstáculos que encuentra el amor lésbico en mujeres migrantes, tanto en sus países de origen como en los de llegada.

Dios lo quiera, de José Chamizo, es  la única obra que tiene un final feliz, esperanzador. Son ocho personajes realistas, sacados, como adelanta el autor en la VOZ en OFF inicial, de su propia experiencia. Los personajes son 4 mujeres y 4 hombres y algunos figurantes. El espacio es múltiple.

Caminando sobre las aguas, de María Jesús Bajo, obra eminentemente poética que, a través de un lenguaje hermoso, nos transmite el dolor, la impotencia y la nostalgia de tres personajes: un niño/a, una mujer y un hombre que, situados en un espacio neutro, no interactúan, no se comunican, son seres perdidos que lanzan al aire su grito desesperado.

Borja de Diego en su Viaje de regreso ha utilizado, asimismo, dos personajes genéricos, sin nombre, que se encuentran en un camino: el que va y el que vuelve. El autor ha utilizado un diálogo a tiempo real que abstrae el concepto de viaje y nos deja un sabor agridulce y ambiguo.

La siguiente pieza es El escondrijo, escrita por Mercedes León, en ella dos hermanos: mujer/niña y hombre/niño sufren una interminable espera en un espacio diáfano e inmenso, en medio de la nada, en un país, se supone, civilizado. Finalmente deciden salir y afrontar los peligros de la realidad, ya que sus padres no vienen a rescatarlos.

En Naufragios.com, Antonio Miguel Morales por medio de sus personajes la Náufraga y el Pirata (informático en este caso), en una pirueta divertida e ingeniosa, deja patente el egoísmo y la indiferencia con que se tratan en los países del estado del bienestar los problemas de la migración y a las personas que los sufren.

Como protagonista de Mediterráneo, Isabel Martín Salinas ha elegido a una migrante proveniente de un país de partida superior económica y socialmente al de llegada. En un espacio que la autora denomina “de los sueños”, Sara vomita, ante sus parientes evocados, todo el rencor y la rabia que ha acumulado contra su familia, que nunca la apoyó, su ex pareja y su país rígido y gélido.

Por último tenemos una obra “para actores, proyecciones y marionetas”, ante esta perspectiva estamos seguros de que la diversión está asegurada, al menos, al 50%. Miguel Palacios ha elegido la comedia para su El maravilloso viaje a la frontera del fin del mundo de dos hombres corrientes vestidos de superhéroes. Ellos son dos migrantes, uno subsahariano y otro magrebí que, tras naufragar, surcan los océanos, a bordo de un flotador con cabeza de unicornio, a la espera de un rescate que se revelará como fantástico y sorprendente.

 

 

 

 

 

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