N.º 51El teatro en la Transición Política Española

 

LIBRO RECOMENDADO

El teatro de la Transición Política (1975-1982). Recepción, crítica y ediciónEl juego escénico
y su recepción crítica

Paul Amon Ndri
Profesor Honorífico Investigador
Departamento de Filología,
Comunicación y Documentación
Universidad de Alcalá

Publicado por el profesor Manuel Pérez, El teatro de la Transición Política (1975-1982). Recepción, crítica y edición,[1] plantea con acuidad la inextricable ligazón entre la producción teatral y la recepción crítica. Con ello, hace evidente que la práctica teatral no puede desvincularse del dictamen de los expertos, que le es consustancial. Por su ingente aportación al estudio del teatro, este libro nos parece imprescindible para los estudios universitarios.
Es más, los recursos bibliográficos que lo acompañan revisten aspectos diacrónicos y sincrónicos que sugieren su incorporación a las investigaciones científicas. En tal sentido, conviene destacar desde ahora que el libro supone la incorporación sistemática, llevada a cabo con carácter absolutamente pionero, de las críticas teatrales de prensa como fuentes bibliográficas directas para el estudio profundo y riguroso de un arte que, cual el del teatro, halla su plena entidad únicamente a través de su materialización escénica, de la que las críticas constituyen sus más directos y fiables testimonios.

Por otra parte, el ámbito conceptual en el que se inscriben las investigaciones contenidas en el libro no se limita sólo al teatro, sino que, por su propia naturaleza, es extensible, incluso a campos teóricos afines, correspondientes a la sociología de la literatura. El corpus de obras, autores, datos y críticas puestos a disposición del lector y del investigador constituyen credenciales que autorizan suficientemente la toma en consideración de cuestiones propias de las carteleras como base relativa a la producción imaginaria y su implicación social. El objetivo asignado, en este sentido, es el de determinar y analizar, a la postre, los sectores de mentalidad que sustancian la ideología plasmada en las columnas.

Hablar de las carteleras teatrales es hablar ipso facto de la memoria de los estrenos teatrales y su puesta en relación con la sociedad. La propia articulación paratextual, “El teatro de la Transición Política (1975-1982)”, evidencia la consideración según la cual el teatro es un producto social. Por lo tanto, cualquier aproximación a los estrenos requiere también el conocimiento previo de los acontecimientos socio-económicos que los mediatizan. Realmente, las producciones artísticas en general y el teatro en particular no surgen ex-nihilo. Responden más bien a una categoría social acorde con la transindividualidad en que se encuentran insertadas.

En palabras de Manuel Pérez, el crítico es un receptor privilegiado que participa de “un grupo social cuya configuración ideológica se manifiesta. (…) La crítica adquiere así una dimensión colectiva que la convierte en indicio del sector de mentalidad de la que el crítico participa y su resultado patentiza la reacción del grupo social ante el acto comunicativo constituido por la obra”.[2] Para comprenderlo, la crítica se encuentra en un plano completamente inverso a la creación. Efectivamente, si el escritor se inspira en la sociedad para sublimar los elementos socio-económicos, la crítica en cambio parte del universo ficcional para llegar a conocer la realidad empírica. Entonces, el objetivo perseguido es acercar la obra a los lectores. Pero conviene entender que la crítica se reparte en torno a dos grandes bloques, es decir, la crítica de prensa o inmediata y la crítica de investigación.

Por una parte, “la crítica inmediata se define como la práctica que, suscitada por una contemplación directa del espectáculo teatral, resulta elaborada, con ocasión del mismo, a través de textos publicados en medios de comunicación (…), tales como periódicos y revistas, bien sean estas especializadas o no”.[3] Por otra, “la crítica de investigación abarca un campo tan ingente como fecundo, en el que ocupa un lugar relevante la desarrollada en el ámbito universitario. En ella es posible reconocer, sin esfuerzo notable, unas connotaciones de prestigio, a veces respaldadas por una larga tradición, a las que no son ajenas ni su capacidad de profundización en el análisis de las obras ni la eficacia con la que genera productos notablemente más elaborados y contundentes que los de la crítica inmediata”.[4]

Ambas vertientes se conjuran para intentar desentrañar el juego escénico y ofrecer “una mayor comprensión del fenómeno teatral en su conjunto y de la obra en particular a la sociedad”.[5] Por su naturaleza, la crítica teatral no puede situarse lejos de la función social que ratifica la índole popular de la práctica teatral. Esslin nos ayuda a mejor encuadrar la crítica, cuya principal misión se especifica a renglón seguido:

“No sabemos muy bien lo que una obra, una novela, puede implicar y por eso, precisamente, existen los críticos. Por eso, están ahí para intentar ver, comprender, lo que ha intentado decir el autor o, por lo menos, lo que ha dicho sin querer”.[6]

En definitiva, al plantear el nexo dialéctico existente entre el teatro y la escena, Manuel Pérez nos ofrece un material de gran relevancia para el estudio de las actividades propias de las carteleras y sus críticas. La recepción crítica se deriva del binomio juego/recepción que configura definitivamente la práctica teatral. Sin embargo, para evitar la arbitrariedad que puede desvirtuar su importante papel, la crítica teatral debe situarse lejos de la censura y de la invectiva. A lo mejor, no sería nada excéntrico hacer la crítica de las críticas.

 

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Notas    (↵ Volver al texto returns to text)

  1. Manuel Pérez Jiménez, El teatro de la Transición Política (1975-1982). Recepción, crítica y edición, Kassel, Edition Reichenberger, 1998.↵ Volver al texto
  2. Id., pág. 16.↵ Volver al texto
  3. Id., pág. 8.↵ Volver al texto
  4. Manuel Pérez Jiménez, El teatro de la Transición Política (1975-1982). Recepción, crítica y edición, Kassel, Edition Reichenberger, 1998, pág.4.↵ Volver al texto
  5. Miguel Ángel Giella, De dramaturgos: Teatro Latinoamericano Actual, Buenos Aires, Corregidor, 1994, 42.↵ Volver al texto
  6. Martin Esslin, “Entrevista de Eugène Ionesco”, en Ángel Berenguer, Teatro europeo de los años 80. Barcelona, Laia, 1984, pág. 117.↵ Volver al texto

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