N.º 51El teatro en la Transición Política Española

 

Cuaderno de bitácora

Transitar la Transición

de Alfonso Plou y el equipo de Transición

Transición, de Alfonso Plou y Julio SalvatierraTransición fue desde su propio origen un espectáculo diferente. L’Om Imprebís, Meridional y Teatro del Temple, las tres compañías que afrontamos el proyecto, teníamos y tenemos unas trayectorias paralelas que nos hacían presuponer afinidades creativas y estilísticas.

La idea de partida era, apoyándonos en la existencia las Ayudas Interautonómicas promovidas por el Ministerio de Cultura, configurar un proyecto que entendíamos no podíamos afrontar en solitario sino sumando esfuerzos y puntos de vista.

En los primeros encuentros, y de manera muy natural, surgió el tema a tratar: un periodo trascendente como era la Transición, que nosotros habíamos vivido entre la adolescencia y la juventud. Era pues nuestra intención hacer el retrato de una época histórica desde una mirada generacional.

Visto con la distancia temporal entiendo que, si esas conversaciones tuvieron lugar en el año 2011 y toda la realización del espectáculo y sus funciones se desarrollaron entre el año 2012 y 2013, sin que fuéramos conscientes del todo, estábamos intentando hacer un retrato de una época transicional desde otra época transicional. Después de todo en 2011 surgió el movimiento 15M, Rajoy sucedió a Zapatero en la presidencia y en las elecciones europeas del año 2014 entraron en acción dos actores políticos nuevos: Podemos y Ciudadanos. También fue en 2014 cuando murió Adolfo Suárez, figura sobre la que gira la creación del espectáculo.

El caso es que, una vez fijado el tema del espectáculo, determinamos una triple dirección en la que queríamos circulara el mismo:

  • Queríamos que fuera un espectáculo sobre la evolución de una sociedad en tránsito. De allí la introducción de una memoria colectiva sobre lo que nosotros mismos vivimos de aquellos años.
  • Queríamos también que fuera un espectáculo sobre una figura histórica como Adolfo Suárez, que había sido especialmente significativo en todo el proceso sucedido en aquellos años y que en ese momento estaba desaparecido socialmente.
  • Y finalmente queríamos también que fuera un espectáculo sobre la memoria y la pérdida de la misma. Algo que se daba en ese momento en la propia figura de Suárez, aquejado de demencia, pero que también consideramos que era y es un problema social en este país.

Con todas estas intenciones hicimos un reparto de funciones que sumaba de forma complementaria todos los equipos artísticos de dichas compañías con dos directores escénicos (Carlos Martín y Santiago Sánchez), dos dramaturgos (Julio Salvatierra y yo mismo) y tres productores (Ana Beltrán, Álvaro Lavín y María López Insausti).

Y también confeccionamos un proceso que incluía la realización de unos talleres iniciales, un periodo de desarrollo dramatúrgico y concreción de la producción, y un proceso posterior de ensayos, propiamente dichos, que nos condujeran al estreno.

El proceso de ensayos comenzó con talleres actorales en febrero de 2012 con actores aportados por las tres compañías en Madrid. Estos talleres tenían como objetivos crear material para su posterior elaboración dramatúrgica y establecer una dinámica de trabajo conjunto entre los equipos de las tres compañías y el probable reparto. Para ello nos juntamos en el local de ensayos de Teatro Meridional en Madrid todo el equipo artístico de las tres compañías con actores aportados por las tres compañías: Elvira Cuadrupani, Gorsy Edu, José Luis Esteban, Garbiñe Insausti, Balbino Lacosta, Álvaro Lavín, Carlos Lozano, Pepa Pedroche, José Juan Rodríguez Royero, Jorge Usón y Eugenio Villota.

Entre febrero y mayo hubo una actividad intensa que supuso la concreción del proyecto dramatúrgico, la definición del resto del equipo artístico (escenografía, iluminación, música, vestuario…) y diversas reuniones de producción para concretar los parámetros de la misma entre las tres compañías y con el Centro Dramático Nacional.

El mes de mayo fue un mes fundamental para cerrar la producción y concretar el reparto después de un nuevo y último taller sucedido entre el 28 de mayo y el 1 de junio. En ese taller se incorporaron algunos actores y actrices nuevos, entre ellos el que será el protagonista final del espectáculo (Antonio Valero) a la vez que desaparecen otros. Los actores que participaron en dicho taller fueron: María Almudaver, Rita Barber, Elvira Cuadrupani, José Luis Esteban, Balbino Lacosta, Álvaro Lavín, Carlos Lorenzo, Eva Martín, Carles Montoliu, Antonio Valero, Eugenio Villota y Jorge Usón.

Este taller nos permitió seguir probando propuestas escénicas y dramatúrgicas, seguir creando dinámica actoral y que varios de los colaboradores artísticos pudieran ver alguno de los trabajos. Al final del taller decidimos el reparto definitivo y nos emplazamos en el verano para concretar la dramaturgia cerrada que debería ser corroborada en el proceso de ensayos a iniciar a principios de septiembre.

Desde el 3 de septiembre iniciamos los ensayos propiamente dichos de “Transición” con todo el reparto cerrado y con las visitas asiduas del resto del equipo artístico (Dino Ibáñez en la escenografía, Elena Sánchez Canales en el vestuario, Luis Perdiguero en la iluminación, Mariano Marín en la música, Paloma Díaz en la coreografía, David Bernués en el audiovisual, Tomás Charte en la dirección técnica.  Los 8 actores que finalmente integraron el reparto del espectáculo fueron: Antonio Valero, Elvira Cuadrupani, José Luis Esteban, Balbino Lacosta, Álvaro Lavín, Carlos Lorenzo, Eva Martín y Eugenio Villota.

El pre-estreno del espectáculo lo realizamos en el Teatro Bulevar de Torrelodones, cedido toda una semana para poder pulir cuestiones técnicas. El estreno oficial tuvo lugar el 9 de noviembre de 2012 en el Teatro Palacio Valdés de Avilés. Fue un estreno muy esperanzador, pues llenó el patio de butacas con una entusiasta acogida.

Y comenzó así una gira intensa y extensa por todo el territorio nacional que tuvo su momento más álgido con las representaciones durante un mes, desde el 8 de marzo de 2013, en el Teatro María Guerrero de Madrid. La gira se prolongó hasta el final del año 2013 y la acogida y las críticas fueron, en general, estupendas. De hecho, el espectáculo fue elegido como mejor espectáculo teatral del año 2013 por la revista El Cultural.

Tal vez mereció un mayor recorrido o una repercusión más amplia, pero, en todo caso, todos los que participamos en el proyecto nos sentimos orgullosos de él y creemos que cumplimos unos cuantos de nuestros objetivos. Y creemos que, no en vano, pretendimos afrontar el proyecto desde la coralidad, el discurso fractal y la coautoría para realizar un fresco de varias procedencias que sirviera de viaje al espectador y donde pudiéramos reconstruir lo vivido grupalmente buscando una forma distinta de contarlo.

 

 

Transición

[ fragmento ]

Adolfo.- Siento verme así reunido con ustedes.

Felipe.- ¿A qué se refiere?

Adolfo.- El golpe.

Gutiérrez.- ¿El golpe?

Adolfo.- Mi general, lo sabe tan bien como yo. Ese Tejero era un golpista conocido. Mi dimisión no ha servido para detener el golpe.

Felipe.- Adolfo, usted no es el presidente, usted trabajaba en el Congreso. Era ujier.

Adolfo.- Nos han dejado en paro, mi general. (Ríe) Eso sí, no nos han quitado la dignidad. Hemos sabido mantenernos en pie.

Tomás.-  Este está más loco que yo.

Santiago.- Como un cencerro.

Llega Marcos con la silla de ruedas. Entre él y Felipe intentan sentarlo, pero Adolfo se resiste.

Adolfo.- A un presidente democrático no lo cesan, dimite por el bien del país.

Felipe.- Bueno, ya está bien. Quiere sentarse de una puta vez.

Silencio. Marcos forcejea con Adolfo hasta que consigue sentarlo. Y luego sale, enfadado.

Adolfo.- A usted se lo puedo decir, don Manuel: no entiendo la posición del rey.

Gutiérrez.- ¿Qué quiere decir?

Adolfo.- Armada. Lo ha traído a Madrid y es él quien dirige el golpe. Mi dimisión no ha servido de nada.

Felipe.- Adolfo. Deje de fantasear. Usted es Adolfo Martínez, esto es una clínica. Le estamos tratando. ¿Se da cuenta de lo que le digo?

Adolfo.- Sí: estoy a punto de ser fusilado… o algo peor. Nos han sacado del hemiciclo: Felipe, Santiago, Alfonso Guerra…

Tomás.- Yo no quiero ser Alfonso Guerra.

Adolfo.- … y mi querido general, Manolo, no es mala compañía. ¿Saben que Mellado hizo la guerra como quintacolumnista de los nacionales en Madrid? Se le escapó, don Santiago, y aquí lo tiene, peleando ambos en la misma trinchera.

El doctor Gutiérrez coloca una inyección en el brazo de Adolfo. Adolfo parece desfallecer.

Felipe.- Tiene que descansar. Su cabeza no está bien. Hemos detectado un pequeño tumor en el córtex, que le tiene algo confuso. ¿Me entiende usted, Adolfo?

Adolfo.- Lo entiendo, mi general. (Asintiendo) El cáncer persigue a mi familia como una plaga bíblica.

Gutiérrez.- Está usted en una clínica.

Adolfo.- Una clínica.

Gutiérrez.- Usted es Adolfo Martínez.

Adolfo.- Adolfo Martínez.

Gutiérrez.- Fue ujier en el Congreso.

Adolfo.- Ujier.

Gutiérrez.- Pero una serie de complicaciones le han traído hasta aquí. ¿Se acuerda ahora?

Adolfo.- Tengo imágenes. Los recuerdos son siempre engañosos. Hay que vivir el presente.

Gutiérrez.- Los recuerdos nos constituyen como seres humanos. Si no, somos como seres sin alma. Vegetales perdidos en la nada. ¿Se acuerda quién es en realidad usted?

Adolfo.- No somos nada, nadie.

Gutiérrez.- Usted es Adolfo Martínez. Tuvo una mujer, tiene dos hijos. Fue ujier en el Congreso. ¿Se acuerda ahora?

Adolfo.- Adolfo Martínez, sí. Yo estaba en el Congreso el día del golpe de Estado. A Suárez lo sacaron del hemiciclo. Era como si le fueran a fusilar. Le admiraba, ¿sabe? Tan frugal como mi padre. Yo lo entendía muy bien. Me pidió un cigarrillo cuando estaba entre los guardias. Se lo di con miedo, pero se lo di. También oí como se enfrentaba a Tejero. Un valiente, un caballero, ¿saben?, aquel hombre sabía cómo morir.

 

 

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