N.º 49Dramaturgia española en el escenario internacional

 

Teatro español en Grecia

Maria Chatziemmanouil

Si queremos hablar del teatro griego actual, podemos hacerlo de dos maneras: a través de datos numéricos y a través de datos reales. Los datos numéricos dicen que, a pesar de que el país ya suma cuatro planes de rescate y sigue inmerso en la crisis económica, los estrenos en los últimos 5 años no dejan de multiplicarse: en Atenas, de los 600 montajes de la temporada 2012-13, pasamos a los 1.050 en 2014, para llegar a los 1.447 en 2015 y los 1.542 en 2016.

Los datos reales, sin embargo, confirman la divisa “los números prosperan, pero los griegos se empobrecen” (según dijo en 1963 el primer ministro griego Geórguios Papandréu), y es en ésta donde mejor se reflejan las verdaderas condiciones en las que se hace teatro hoy en día en Grecia. Dicho esto, los actores griegos siguen haciendo teatro, pero solo para mantenerse activos, “para no volverse locos”. Asimismo, en muchas ocasiones se juntan entre varios y hacen la producción por su cuenta. Así es como hemos llegado a esos números increíbles. Muchos de los espectáculos que se estrenan terminan antes de lo programado, por falta de público, a pesar de que todas las salas han bajado los precios y han hecho muchas ofertas para los más vulnerables (parados, jubilados, discapacitados, etc.). (He asistido a varios montajes a sala llena, pero luego la compañía me informa de que solo 2 o 3 espectadores han pagado entrada, mientras el resto del público asiste sin pagar, gracias a invitaciones que les ofrecen las emisoras de radio o las páginas web). Con la excepción de los teatros públicos y las grandes salas céntricas del teatro “comercial”, la regla es que los actores y directores jóvenes siempre buscan las soluciones más baratas para estrenar sus montajes: utilizan espacios alternativos que muchas veces no cumplen con las normas de seguridad; aceptan alternarse con otras funciones cada noche en la misma sala (2 o 3 funciones diferentes, con las compañías obligadas a cambiar en pocos minutos la escenografía); y la mayoría de ellos tienen un segundo trabajo para asegurar unos ingresos mínimos.

A pesar de este paisaje tan precario, la dramaturgia española ocupa un lugar que no es nada desdeñable en el panorama teatral griego. Que conste que estoy hablando de la dramaturgia española contemporánea, es decir posfranquista. Los clásicos, los autores de los siglos XVI y XVII, son poco conocidos en mi país, excepto Miguel de Cervantes, cuyo Don Quijote, aunque fuera una novela en su forma original, ha sido adaptada muchas veces para la escena, tanto para un público infantil como para un público adulto. Entre los otros grandes del teatro del Siglo de Oro, Lope de Vega es el más conocido, pero sus obras no han tenido siempre suerte ni con sus traducciones –que no se hicieron siempre del original–, ni tampoco con sus montajes[1].

Yerma, de Federico García Lorca (2013)

Yerma, de Federico García Lorca (2013) 1

Tras una larga sequía, pasamos a generaciones de autores más cercanas. En 1947, cuando el gran director Károlos Kun estrenó en el Teatro de Arte de Atenas Bodas de sangre, empezó en Grecia el imperio lorquiano. Lorca no es solo el autor español más conocido en Grecia, sino también el autor extranjero más estrenado durante los últimos 70 años. Sin embargo, casi ningún otro autor de su generación o de las posteriores del siglo XX llegó a tierras griegas, con pocas excepciones, como por ejemplo unas obras de Alejandro Casona y de Buero Vallejo, traducidas del original por una pionera a quien el teatro español debe prácticamente su difusión en Grecia durante el siglo XX: la autora y traductora Julia Iatridi (1914-1996), hija del director y maestro español de la Orquesta Estatal de Atenas José Bustindui.

Sótano, de Josep Maria Benet i Jornet (2010)

Sótano, de Josep Maria Benet i Jornet (2017).

Sonaría como muy cliché decir hoy que el teatro español contemporáneo está atravesando uno de los momentos más gloriosos de su historia. Creo que se puede decir, sin exagerar nada, que está viviendo su segundo siglo de oro. Lo que hace unos años era una observación muy optimista, hoy en día es algo sobre lo que no cabe la menor duda. La mejor prueba de ello es el número de montajes de obras provenientes de España en los escenarios de todo el mundo.

Grecia no podría ser una excepción en esa norma. Sus intercambios con España a todos los niveles se han multiplicado en los últimos años. Hoy, por ejemplo, hay más gente en Grecia que aprende el castellano. Además, cada vez más griegos viajan a España, no solo de vacaciones sino también en el marco de estudios y de negocios. Así, el interés por la gente y la cultura del país que está geográficamente situado justo en la otra punta del Mediterráneo no deja de crecer. Las películas de Almodóvar, un director muy popular en Grecia, han contribuido también mucho a que se despertara este interés cultural.

La llamada de Lauren, de Paloma Pedrero, dirigida por Fenia Apostolou (2010)

La llamada de Lauren, de Paloma Pedrero, dirigida por Fenia Apostolou (2017).

Smiley, de Guillem Cluá (2017)

Smiley, de Guillem Cluá (2017) 2

El gran cambio en el terreno teatral se produjo en el siglo XXI, a raíz de las nuevas traducciones de obras de la dramaturgia contemporánea y el esfuerzo de los traductores en divulgar y dar a conocer la nueva e interesante dramaturgia española a los directores de la escena griega. Teatro pasión, el sitio web fundado por el traductor Dimitris Psarrás y una servidora (2010-2016), ha contribuido mucho en este sentido, al incluir más de cincuenta autores, sinopsis de obras y fragmentos de las obras traducidas. Su sucesor, www.soloteatro.gr, fundado en octubre de 2016 por una servidora, sigue ofreciendo a los interesados nuevas obras de la dramaturgia española actual, escritas en castellano y en catalán. Gran parte de la difusión es fruto de la excelente colaboración entre los traductores mencionados y el Instituto Cervantes de Atenas, por una parte (merece mención especial la labor de la gestora cultural Sra. Nanna Papanicoláu), y la Embajada de España en Atenas por otra. El Instituto Cervantes coorganiza desde hace seis años (primero con Teatro Pasión y desde el año pasado con Solo Teatro) un Festival Iberoamericano de Lecturas Dramatizadas (su próxima edición, la séptima, se celebrará en febrero de 2018) con obras que se presentan por primera vez ante el público griego. La Embajada se encarga de invitar cada año a Grecia a dos de los autores cuyas obras se presentan en el marco de dicho festival y brindar la oportunidad al público griego de conocerles personalmente y hablar con ellos sobre su obra.

Sofía, de Ignacio García May

Sofía, de Ignacio García May (2017).

Durante los últimos diez años, el número de los montajes profesionales de obras de teatro español contemporáneo ha ido creciendo (sin calcular las compañías universitarias y los amateurs que también estrenan en varias partes de Grecia). La sociedad griega, que tiene muchas cosas en común con la española, acoge con mucho interés la dramaturgia española, escrita en castellano y/o en catalán. Efectivamente, sus temas tan actuales por una parte y la diversidad de las formas y de los estilos de escritura por otra, coinciden con lo que más le interesa al público griego hoy en día: abordar con contundencia y humor temas tan cotidianos como la crisis económica, los sueños y las pesadillas de cara al futuro, la ansiedad y la inseguridad con la que se vive en una Europa amenazada por los fantasmas del pasado. Al parecer, los mediterráneos pueden entenderse mejor.

Durante la temporada corriente y tan solo hasta Navidad se habrán estrenado en Grecia y en Chipre (también de habla griega) más de diez montajes del teatro contemporáneo español (sin contar los estrenos de obras de Lorca). Creo que no se trata ni de una coincidencia, ni tampoco de una explosión circunstancial y pasajera, sino de una historia de amor que acaba de empezar, y que va a terminar en una boda, que esta vez no será de sangre.

 

 

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Notas    (↵ Volver al texto returns to text)

  1. Jatziemanuíl-Gigantes, María, “La presencia escénica de Lope en Grecia”. Anuario Lope de Vega, 8 (2002): 211-221.↵ Volver al texto
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