N.º 43Y seguimos pasando el testigo

 

DESDE EL PASADO: LAS PRECEPTICAS DRAMÁTICAS

Cuando nadie contaba con Aristóteles…
Bartolomé de Torres Naharro y la preceptiva teatral de su momento

Julio Vélez Sainz
Universidad Complutense

Bartolomé de Torres Naharro es el primer preceptista europeo que escribió en romance en su momento, no por repetido es el dato menos importante. El pacense presenta un interés en esclarecer la preceptiva de sus dramas que no era común en los autores castellanos de su momento. Nuestro autor le dedica mucho esfuerzo a describir las reglas del arte que practica y, más todavía, a mostrar su superación a partir de su conocimiento práctico de la escena. Primero divide su preceptiva en dos partes: una doctrinal con preceptos clásicos aristotélicos, platónicos, horacianos y donatianos y una segunda parte en la que se define la comedia y divide la trama de acuerdo a dos patrones narrativos –“a noticia”, espejo de las costumbres, y “a fantasía”, con una trama cómica desarrollada–.

 

Bartolomé de Torres NaharroLa parte doctrinal del Proemio responde a la corriente dispuesta alrededor de excursos sobre Terencio. Como indica María José Vega, esta “tradición poderosísima de reflexión sobre la comedia […] llegó incluso a penetrar y determinar la reconstrucción del pensamiento de Aristóteles sobre este género” (1997, 237). El principal de todos estos escritos son las Anotaciones previas o Praenotamenta de Josse Bade de Asc o Ascen, en los que se reproducen la doctrina donatiana en un marco tomado de las doctrinas platónicas sobre el furor poético. En sus treinta capítulos se tratan la significación, tipología y estilos de la composición dramática, las diferencias entre tragedia y comedia, su origen e invención, instrumentos, escenografía, escena, proscenio, personajes, festivales y un detenido análisis de la comedia: en cuanto a tipos, cualidades, miembros, partes, prólogos, actos, adecuación de personajes, contenido y lenguaje. Es decir, la más completa disección de los fundamentos del drama. Torres utilizó esta preceptiva para confeccionar la suya.

En el Proemio, Torres mantiene que la comedia es la presentación de la suerte que corren los ciudadanos de a pie sin peligro para su vida y la tragedia la de los los héroes en medio de la adversidad. Luego, menciona la máxima comoedia est imitatio vitae, speculum consuetudinis, imago veritatis (‘Comedia es imitación de la vida, espejo de costumbres y reflejo de la verdad’), que Evencio atribuye a Marco Tulio Cicerón (De comedia 5,1). Luego el pacense divide la comedia romana en seis tipos: stataria, pretexta, tabernaria, palliata, togata, motoria (literalmente tomados de los Prenotamenta ascensianos). Después divide la fábula en cuatro partes (prothesis, catastrophe, prologus, epithasis) tomado de Ascensio y, por este, de Evancio De fabula (4,5) y De comedia (7,1) aunque es de origen convencional. Asimismo, el pacense mantiene que la comedia pide, con Horacio, cinco actos (Ars poetica, 189-190). Finalmente, Torres recomienda que “sea muy guardo el decoro”. Aspecto especialmente interesante dada la fundamental poliglosia de su teatro:

Ansí mesmo, hallarán en parte de la obra algunos vocablos italianos especialmente en las comedias, de los quales convino usar haviendo respecto al lugar y a las personas a quien se recitaron, algunos d’ellos he quitado, otros he dejado andar, que no son para menoscabar nuestra lengua castellana antes la hacen más copiosa.

Torres cumple escrupulosamente en todas sus obras con el decorum lingüístico: en la Serafina, se hablan valenciano, latín, castellano o italiano dependiendo del origen de cada uno de los personajes; en la Soldadesca los soldados hablan castellano y los mozos italiano; en la Tinelaria cada uno habla dependiendo de su origen (alemán, italiano, español), etc.

Pero lo más interesante del Proemio ocurre, precisamente, cuanto Torres se separa de la parte doctrinal. Tras la letanía ascensiana, indica: “Todo lo qual me paresce más largo de contar que necesario de oír”, pues comedia no es sino “un artificio ingenioso de notables y finalmente alegres acontecimientos por personas disputado”. De hecho, el pacense, de manera muy original, propone, en lugar de actos, “jornadas”: “porque más me parescen descansaderos que otra cosa, de donde la comedia queda mejor entendida y rescitada”. Como indica Javier Huerta Calvo, “frente a las connotaciones estáticas y clasicistas de acto, el nuevo término de jornada –tomado de la narrativa italiana– lleva implícita una concepción dinámica de la obra teatral, concebida como si de un viaje se tratara” (2003, 304). Esta elección terminológica tuvo una amplia fortuna en el XVII. Después procura, desde un punto de vista muy práctico, definir el número de personajes que deben estar en la obra a la vez: entre seis y doce personas. Con la excepción declarada y justificada de la Comedia Tinelaria, sus obras se limitarán a estos personajes, que, además, casi nunca coinciden en escena. Finalmente, Torres divide genéricamente sus comedias de manera muy original: “a noticia” y “a fantasía”. Las primeras son reales, se acercan a la historia y describen cosas vistas y oídas en la realidad cuyo valor reside en la experientia y en el valor documental; las segundas dependen del desarrollo de modelos anteriores que sean verosímiles.

Al igual que en su preceptiva, la praxis escénica de Torres Naharro está, muy posiblemente, marcada por su conocimiento de los textos que reseñan y reutilizan la comedia clásica y las comedias italianas del momento. Como vemos, nos encontramos ante un mundo teatral en el que la figura del estagirita no contará con la inmensidad que tendrá posteriormente; un mundo en el que la comedia reina y la práctica se impone sobre la preceptiva; una dramaturgia viva que parte, primero, del profundo conocimiento de la escena y, luego, solo luego, del diálogo con los preceptistas anteriores.

OBRAS CITADAS
HUERTA CALVO, Javier (dir.), Historia del teatro español, 2 vols., Madrid, Gredos, 2003.
TORRES NAHARRO, Bartolomé de, Teatro completo, Ed. Julio Vélez-Sainz, Madrid, Cátedra, 2013.
VEGA, María José, La formación de la teoría de la comedia: Francesco Robortello, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1997.

 

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