Entrevista a José Luis Alonso de Santos.

por Asociación de Autores de Teatro — jueves, 17 de julio de 2014

2 de Julio 2014
Por Yolanda Dorado

 «El teatro me ha dado mucho y ya es hora de devolvérselo». José Luis Alonso de Santos.

Acaba de nacer.

La Academia de Artes Escénicas y sus 157 socios fundadores ya están en marcha. Diez disciplinas representadas:  Producción, autoría, dirección, interpretación, coreografía, composición, escenografía, caracterización, figurinista e iluminación. Elegido por sus compañeros, José Luis Alonso de Santos, nuestro dramaturgo más representativo tiene como primer objetivo dotar de un espacio y un reconocimiento común a las artes escénicas de nuestro país.
A pesar de su apretada agenda de estos días, nos invita a charlar sobre los fines de este recién estrenada Academia.

Yolanda Dorado: La Academia de las Artes Escénicas es un proyecto que lleva años pujando por salir adelante. ¿Cuál ha sido el incidente desencadenante que ha propiciado que la Academia nazca aquí y ahora?

José Luis Alonso de Santos:  Desde que yo era director de la RESAD, ha habido reuniones de Asociaciones, Asambleas multitudinarias, intentos del Ministerio por crear una academia, la SGAE creó una propia que no llegó a funcionar…
¿Qué ha pasado ahora? Pues que hemos aprendido de los errores.
Nos hemos fijado en la Academia de Cine, la Academia de cine es nuestra hermana mayor. Para crear la academia se juntaron a cenar un pequeño grupo de cineastas , que luego se lo fueron contando a otro pequeño grupo, fueron ampliando el círculo poco a poco. Y ese es el sistema que estamos siguiendo. La fundación Autor hizo un tanteo entre profesionales para ver que ambiente había y si era el momento propicio para la creación de la Academia. Y resultó que sí, que el ambiente era muy favorable y que la idea que  se tuvo de hacerlo poco a poco ha sido un acierto. Durante un año y medio ha habido reuniones de gente representativa de cada sector. Y protegidos por la fundación SGAE hemos ido haciendo estatutos, reglamento, etc. dándole una cobertura legal. Un pequeño grupo de teatro hemos estado trabajando muchísimo durante un año y medio, sin hablar con la prensa y teniendo mucho cuidado de que no se destruyera el proyecto. Pasito a pasito hemos ido creando esta Academia en la primera reunión para aprobar los estatutos estábamos 160 socios fundadores. Hemos pasado de nada a 160 socios fundadores. Darnos de alta legalmente, ha sido dificilísimo, nos hemos encontrado con muchísimos problemas y hemos ido superando todas las complicaciones, y cuando lo hemos hecho público ya teníamos la base legal y los raíles de la Academia para que empiece a funcionar.

Y.D.: ¿Cuáles son ahora mismo los fines de la Academia?

J.L.: El fin de la Academia aparte de dotarla de unas infraestructuras, una sede, un teatro, una biblioteca… el fin último es “Luchar por mejorar la calidad de las Artes Escénicas en el país”, y por supuesto “Reconocer y dar a conocer la excelencia artística de sus miembros”.
También organizaremos premios, trabajaremos con las asociaciones del sector, saldremos al extranjero… pero además cuando montas una Academia tiene que haber un fin humanístico, generoso y solidario. De hecho todas las personas que forman la junta directiva lo hacen por generosidad y están entregando su tiempo y su esfuerzo por este proyecto. Es un acto de generosidad. Cuando  alguien me pregunta que porqué lo hago, porque peleo por este proyecto, le respondo: El teatro me ha dado mucho y ya es hora de devolverlo.

Y.D.: La academia aglutina las diez disciplinas que representan a las artes escénicas, ¿Cómo va a ser el trabajo diario con tantas especialidades?¿Cómo se decide el funcionamiento interno?

J.L.: Está todo muy organizado. Hay especialidades, hay departamentos y hay comisiones.
Está la Junta directiva, los órganos que controlan a la junta directiva, los gabinetes de prensa…  Y luego además hay que nombrar todo el personal fijo, encargados de la web y las redes sociales, director del teatro, de la biblioteca… Hacen falta profesionales cualificados.
Y vamos a trabajar por una Academia en la que cada especialidad tenga su representación, sus comisiones, sus departamentos.
Esta academia no va a ser de nadie, está Academia es de sus socios, y va a estar a favor de todos ellos. A favor de las Artes escénicas de este país.

Y.D.: Nacéis avalados por la Sgae a través de fundación autor. Has comentado en alguna entrevista que vais a salir cuándo podáis de debajo de sus faldas. ¿Qué apoyos vais a tener para continuar solos?

J.L.: Al igual que otras academias y asociaciones buscaremos subvenciones, intercambios, patrocinadores. Nos hemos fijado en los modelos que existen en España y en extranjero para poder financiarnos. Y lógicamente saldremos de la SGAE y volaremos solos. Porque una academia dependiente de la SGAE, o de un Ministerio, una Escuela, o de cualquier organismo oficial estaría lastrada. Nosotros no queremos depender de nadie.

Y.D.:  La gran pregunta para el sector es la financiación, pero para el integrante de la academia la pregunta es en qué le va ayudar a él o ella? Si su trabajo tendrá más visibilidad, si va a contactar con miembros de su sector, si habrá posibilidad de ayudas para sus producciones, publicaciones, etc…

J.L.: Ser miembro de la Academia tiene que cumplir  tres expectativas:
1.- A nivel particular, poder acceder a un material interesante para tu especialidad:  libros de teatro, una revista, cursos, una biblioteca abierta…
2.- Posibilitar al socio estar en contacto con la profesión, reuniones con actores, directores, autores…
3.- Y a nivel general, elevar la calidad del teatro del país, la calidad de las Artes Escénicas.

Y.D.:  Habéis abierto un periodo de inscripción hasta el 14 de julio. ¿Qué requisitos pedís para acceder?

J.L.: Hay una norma clara, el sentido común.
No es un sindicato, ni un lugar para dar trabajo a nadie.
Se busca un perfil de edad, profesionales a partir de 40 años, que ya tengan una carrera hecha. No es una Academia para jóvenes, ni para grupos de teatro aficionado… Cuando ya tienes un grado de experiencia, de profesionalidad, cuando no necesitas de una Academia para encontrar trabajo, entonces sí, entonces te va a interesar por lo que ya te he contado antes. Entonces, puede cumplir tus expectativas.

Y.D.: En los próximos meses va a haber reuniones con representantes de todas las disciplinas para buscar nuevas ideas.
¿En que se va a diferenciar esta academia de otras como la del cine, o la televisión?

J.L.: La desventaja que tiene ahora mismo la academia es que no tenemos nada. No tenemos sede, ni infraestructura, ni despacho… Y esa desventaja es nuestra ventaja. Cuando voy a reuniones de otras academias ya tienen sus costumbres y están muy encorsetadas. Nosotros estamos tratando de que la estructura no sea piramidal, Yo he aceptado ser presidente si me dejaban inventar la estructura. Y me han dejado. No es una estructura piramidal, es una estructura de líneas paralelas. La primera línea es la Junta directiva y después otras líneas que deciden. Cada especialidad con su comisión, su equipo, sus decisiones. La idea es que haya muchas cosas, y todas estén representadas, todas se visualicen a través de las redes sociales, de la página web, que tiene que ser una página actualizada diariamente,  que el autor pueda buscar lo que están haciendo otros autores, y el coreógrafo y el director…

Y.D:  Por último José Luis, como autor que lleva muchos años en la profesión, y como presidente ahora de esta recién estrenada academia… ¿qué futuro nos espera a los dramaturgos de este país?

J.L: Ahora hay una exposición recorriendo España sobre mí, y el título es “50 años de vida teatral”. Hace 50 años que cobré mi primera nómina como autor.
El arte es caprichoso y hay que distinguir entre las vocaciones, el amor a una profesión, el amor a escribir, la publicación de tirada pequeña… hay que distinguir entre el que toca la guitarra y el que da conciertos. Y no siempre depende de la calidad, ni siquiera de la formación, estar en el sitio adecuado, tener una familia adecuada, tener salud… Y también ser representativo del movimiento social y filosófico de tu tiempo… Por ejemplo lo que ha pasado con Bajarse al Moro. Los trabajos que hay ahora sobre Bajarse al Moro, son mucho más profundos que los que se hicieron en su época y se van acoplando a los movimientos sociales. Hay obras que tienen ese encaje y otras no. Es España se sigue estudiando como un reflejo de la sociedad actual. Hay obras que son espejos de las circunstancias, al margen de las intenciones del autor.
Yo tengo 50 obras, he tenido 10 grandes éxitos, 10 obras medianas que se han representado por todas partes y el resto han pasado sin pena ni gloria.
A veces el autor es un heraldo de su tiempo y a veces no.
Vivir del teatro es muy difícil, pero que el teatro te dé muchas satisfacciones eso si es posible. A veces hace una obra en una sala pequeña, en un pueblo, a veces lo haces en una cárcel… Yo trabajo con un pequeño grupo del Puerto de Santa María, un grupo donde también está mi hijo Daniel que es actor y te puedo asegurar que tengo tantas satisfacciones como  cuando trabajo con la compañía de Teatro Clásico o en el Teatro Español.
Lo importante para un creador, sea del país que sea, es no confundir el éxito social y el placer de la creación.
El resultado de la creación no es el éxito social, el éxito puede llegar o no, y ni siquiera depende de ti. El proceso creativo puede ser muy rico, interesante y placentero y ese si es el objetivo para un autor.


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