Entrevista a Inmaculada Alvear

por Asociación de Autores de Teatro — miércoles, 17 de septiembre de 2014

 

3 de septiembre 2014

Por Yolanda Dorado

 

 

 

“Me gustaría que la sociedad española valorara al autor teatral y a su trabajo”. Inmaculada Alvear.

 

 

 

 

YOLANDA DORADO:  Estás triunfando ahora mismo en Madrid en la sala Plot Point con la obra “Todas somos putas”.

¿De dónde surge la idea para escribir este texto y cuál es la necesidad para escribirlo?

 INMACULADA ALVEAR: La necesidad parte de algo muy curioso, y es que yo creo como dice la medicina china que cada órgano guarda unas emociones. El hígado es la rabia, pero también la generosidad, los riñones son el miedo pero también el valor… es algo que me impactó y me llamo la atención. De ahí nació la idea de que pasaría si a alguien le trasplantan un corazón poderoso con muchas ganas de vivir. Se me ocurrió que una persona que recibe un corazón así no puede quedarse igual que estaba. Durante muchos años lo estuve procesando sin saber muy bien como lo iba a hacer, lo que sí sabía es que se iba a transformar en la otra persona, pero no sabía quién iba a ser cada personaje. Le conté la historia a Carlos De Matteis, el director de la Sala Plot-point  y le encantó la idea. Fue viniendo todo poco a poco, supe que el hombre iba a ser un ejecutivo poderoso y el corazón de una prostituta. Así empecé a escribir.

Y.D.: La obra se llamaba en principio “Demasiado corazón”¿Cuéntanos la historia del cambio de título?

I.A.: Ahora mismo las salas de teatro como la sala Plot point que no tienen ayudas públicas y que tienen que subsistir de la taquilla para pagar a todos sus empleados, buscan su manera para promocionarse. Una de las formas de hacerlo es a través de las redes sociales. Hicieron un experimento, pusieron varios títulos, y la gente fue votando cuál iba a ganar y ganó “Todas somos putas”. Al principio no me gustaba nada, pero me senté con Carlos De Matteis y él me explicó cuál es el sentido dentro de mi obra. Hay que verla para entenderlo, claro. Me convenció y además tenía razón porque la sala está llena, y el título tiene muchísimo tirón.

Y.D.: En estos momentos que estás llenando una sala en Madrid en el mes de agosto, que ya tiene su mérito. ¿Cuál es para ti el objetivo del autor? ¿Cuál es para ti tu objetivo como autora?

I.A.: Para mí el objetivo es el placer de la creación, si llega el éxito fantástico, pero nunca me he movido por ese motivo, ni creo que lo haga a estas alturas. Uno lo que quiere es conectar con el público, me encantaría tener la receta para conseguir esa conexión, pero no creo que nadie la conozca. Lo que sí sucede es que con la edad y la experiencia uno va investigando y probando cosas diferentes. El placer de la creatividad, de contar historias, de conocer a personajes nuevos, enfrentarme a retos diferentes; ese es mi objetivo.

Y.D.: ¿Cuál es la necesidad de escribir teatro?

I.A.: Poder expresar determinadas cosas que llevo dentro y reflexionar sobre ellas. Como lo ven los demás y como lo veo yo. Quizás darme respuestas a mi misma. Sí, yo escribo  para buscar respuestas.

Y.D.: ¿Qué piensas de las dramaturgas de nuestro país? ¿Qué está pasando con las autoras?

I.A.: Es una de las preguntas que me hago casi un día sí y otro no. Cuando he sido jurado de obras teatrales en las que no existía seudónimo, y veíamos luego la comparativa siempre rondaba entre un 20% mujeres y un 80% de hombres. No entiendo que es lo que está pasando para que una mujer no se pueda dedicar a escribir. Sólo se me ocurre una razón: seguimos con el mismo rol. La mujer sigue siendo la ama de casa. Tienes que tener un trabajo para escribir teatro, ya que vivir de la escritura es muy difícil, si tienes hijos, aunque el hombre participe más en las tareas del hogar, lo principal recae en la mujer.  No sé cuál es la solución. Volvemos a lo mismo, a la política cultural, a las ayudas para escribir, a la importancia de la cultura en este país.

Y.D.: ¿En que nivel de importancia crees que está la cultura ahora en el España?

I.A.: En el último escalón. No hay una política cultural clara, no hay un interés de promocionar a los creadores españoles en el teatro, y en la danza ocurre igual.

Europa tiene un nivel de producción en cuanto al teatro y como España no se pone al nivel es muy complicado que los autores españoles estrenen sus obras en el extranjero.

Y.D.: ¿Cuál crees tú que es la salida del texto teatral? ¿Qué haces cuando escribes una obra; te pones en contacto con alguna compañía, un director, la envías a un premio, la intentas publicar…?

I.A.: Dado el escaso apoyo que hay ahora mismo, con pocas becas y ayudas a la creación, lo único que te queda es presentarte a un premio. Se ha multiplicado por tres los autores que se presentan a un premio, es la única salida. Porque la publicación teatral es cada vez menor. Nosotros desde el grupo Astillero intentamos potenciar la publicación, pero nos resulta muy complejo por la falta de ayudas.

Y.D.: Cuéntame quienes y qué son Astillero.

I.D.: El Astillero nació como un colectivo de dramaturgos que se reunían para intercambiarse sus textos y hacerse una crítica feroz para crecer como autores. Empezaron José Ramón Fernández, Luis Miguel González, Raúl Hernández y Juan Mayorga. Más tarde se unió Guillermo Heras como director y el grupo dio el salto a producir teatro. Yo me incorporé al Astillero en el año 2000, primero en producción y luego en el grupo de autores.

Y.D.:  Tú has desarrollado buena parte de tu vida profesional como gestora cultural ¿no?

I.A.: Sí. Yo empecé en la Asociación de Directores de escena, estuve casi diez años. Luego tuve un parón porque me fui a vivir a Argentina y allí conocí a Mauricio Kartún y empecé a escribir. Cuando volví trabajé con José Manuel Garrrido llevando la producción del Festival de las Autonomías y al mismo tiempo hacía producción con Guillermo Heras. Me encantó esa etapa porque me gustaba mucho la producción y aprendí mucho con Guillermo Heras. Fue una etapa muy bonita.

Y.D.: El Astillero va a celebrar los 20 años que llevan editando, produciendo y escribiendo teatro. ¿Qué vais a hacer?

I.A.: El año 2015 se celebran los 20 años de la primera reunión de Astillero. En todos estos años han pasado muchas personas por el grupo, autores, directores y actores que han participado en sus montajes, pero el espíritu sigue siendo el mismo con el que se formó, el de crecer como autores con la ayuda de otros autores.  Queremos invitar a todos los que en algún momento participaron en Astillero, haremos lecturas, debates, mesas redondas… será una fiesta, queremos agradecer y conmemorar ese encuentro.

Y.D.: ¿Qué esperas de tu futuro como autora? ¿En un estado ideal de la cultura española, donde te gustaría estar, cuál es realmente tu objetivo, tu ilusión, tu sueño?

I.A.: Pues a pesar de haber estrenado en varios lugares del extranjero como Buenos Aires, Costa Rica, Nápoles…  debido a la inexistente política cultural es muy difícil que nuestras obras se estrenen en el extranjero. No tengo el deseo de llegar a ningún teatro en especial, lo que quiero es mis obras se representen. Por ejemplo, el texto con el que gané el Premio Calderón de la Barca en 2004 no se ha estrenado y me gustaría ver ese texto en escena.

Mi sueño es también que se nos escuchara más a los autores, no sólo a mí, sino a todos los autores españoles. Que hubiera una voluntad de valorar al autor y a su trabajo.

Y.D.: ¿No crees que el hecho de que no se nos valore como autores tiene que ver también que nosotros como autores no nos valoramos lo suficiente?

I.A.: Es verdad. Hay un problema que hemos tenido siempre en España. El autor regala el texto porque se le va a representar, todos los demás cobran y a ti te dan el 10% de taquilla. Y te sientes como el último mono, porque el espectáculo sale gracias a ti, a tu trabajo, y es una sensación horrible. No tenemos porque trabajar gratis. Y en este sentido le pediría a la AAT que haga todo lo posible por dignificar nuestro trabajo, por concienciar que a los autores hay que pagarles, que los autores tenemos que cobrar.

Y.D.: Por último te quería preguntar:  ¿Cuál crees que es tu tema? ¿Cuál es el tema que va por debajo de la piel de todas tus obras?

I.A.: La búsqueda de mi misma. Creo que todos mis personajes tienen un momento en el que se preguntan:  ¿Quién soy yo?

 

 

 

 

 

 

 


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