N.º 5  De aquí y de ahora. Teatro Español contemporáneo

sumario

Exhalación del lenguaje

Julio Fernández Peláez
Revista Núa

José Manuel CORREDOIRA VIÑUELA

Diferencias sobre la muerte
Ciudad Real, Ñaque, 2014.
102 pp. 9,62 €. ISBN 978-84-96765-67-2.

Escribir bajo el estigma de la verborrea significa dejar a la palabra más puta y barrigosa que las fablistaneamas esterqueras de Mantaguncia, que viene a ser algo así como una invitación a abominar de cualquier hermenéutica del lenguaje, en especial de las hermenéuticas que desde la razón del buen entendimiento y el buen decoro no aceptan la carencia de un significado en todo lo que sabe a idioma. Tiene Diferencias sobre la muerte un tufo sonoro que se queda pegado en las manos, pero que hipnotiza a quien se deja llevar por la ligereza de los fonemas. La anáfora como arma de repetición automática capaz de no dejar segundo sin cabeza, y la sátira silábica para reivindicar el rezo de los idiotas, aquel que antiguamente se pronunciaba en lenguas muertas para que la fe dramatúrgica perdurase eternamente.

Me considero seguidor de la ruptura porque me gustan los añicos al deshacerse en el paladar, y es la ruptura desbocada de José Manuel Corredoira lo que realmente me atrapa. Sintagmas de no más de diez sílabas encabalgados con velocidad y destreza, y que configuran un universo de estrofas a doble columna periodística, o de columna bífida. La palabra, desligada de su función de dar sentido a la nada metafísica, se significa en el contexto bruto en el que se coloca, que no es otro que el vacío connotante de la blancura dispersa, lo imaginario sartriano y la agudeza de ingenio prebarroca. Si una de las claves de los gongorianos era la búsqueda de una belleza formal a través de la sintaxis, en la visión protogongoriana de Corredoira, la sintaxis se ve sobrepasada por la descomposición del sujeto y el ocultamiento subconsciente del predicado, para a fin de cuentas, cerrar los poros de las heridas antropológicas con estrellas rapsódicas en proceso de fuga.

Y en el fondo, el ritual efímero de los Autos.

Y en el fondo un salmo patafísico para el libro de los Números.

Y en el fondo, el dios de Proserpina.

Y motivos para la resurrección apocalíptica de los nombres, aun en ausencia de sus cuerpos.

Imagino a un ejército de actuantes declamando Diferencias sobre la muerte, recordándonos que la muerte nació en la infancia cultural y dionisíaca de los hombres, cuando estos aún no sabían hablar pero emitían sonidos como canciones, y que gracias a la luminosa muerte, existieron los funerales que más tarde se autodenominaron espectáculos.

Es, la escritura de José Manuel Corredoira, una escritura plenamente dramática, desde una mirada agónica y extenuante, escritura del inclemente agón de los agones, para alumbrar la gran Confusión del mundo en el que malamente vivimos.

Imagino una puesta en escena indecente, caótica y desgarrada del presente, plagada de voces recién salidas del Eclesiastés para hablar del nuevo presidente de la Diputación y hacernos comprender así, a golpe de arbitraria letra, la balada de la Santísima Trinidad en forma de exordio contra la locura.

Es preciso seguir escribiendo con palabras interfectas, para dejar que las ideas nos ronden la cabeza después de muertos.

Es preciso seguir habitando el exangüe lenguaje, en su espacio multidimensional e infinito.

Es preciso seguir olvidando hablar, para que hablen los órganos del cuerpo.  

Gracias, José Manuel, por exhalar con valentía el alma del Arabia feliz.

 

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