N.º 4 De aquí y de ahora. Teatro Español contemporáneo

sumario

El diccionario de Manuel Calzada PérezEl diccionario

M. S.

Manuel CALZADA PÉREZ
El diccionario
Bilbao, Artezblai, 2013.
88 pp. 9 €.
ISBN: 978-84-940921-2-2

 

¿Quién no conoce el Diccionario de uso del español de María Moliner editado por Gredos? La respuesta a esa pregunta es imaginable para los que nos movemos en cualquiera de los ámbitos de la cultura, pero no sería la misma si preguntáramos por María Moliner Ruiz, “la mujer que escribió un diccionario” en palabras de Gabriel García Marquez publicadas en El País con motivo de su muerte en 1981. Somos muchos, creo, los que desconocíamos la vida de María Moliner si omitimos el hecho de que, nominada en 1972 para la RAE, no fuera elegida Académica de número. En 1978 fue elegida Carmen Conde, la primera mujer académica en la historia de la Institución, cuando María Moliner ya estaba enferma. Y posiblemente seamos menos los que como usuarios del Diccionario de uso del español nos planteamos el enorme esfuerzo personal que significó para su autora empezar a trabajar en su redacción en los años cincuenta mediante la confección de fichas por palabras ordenadas alfabéticamente y sin la ayuda de ordenadores, que empezaron a ser algo normal y cotidiano en este país a partir de los 70, cuatro años después de la primera edición del Diccionario de uso en abril de1966.

Y quizá sean menos todavía los que advirtieron el alcance de las palabras de María Moliner en la presentación del Diccionario: “la autora siente la necesidad de declarar que ha trabajado honradamente, que conscientemente no ha descuidado nada… y que ha dedicado a resolver las dificultades que presentaban sus esfuerzos y un tiempo desproporcionados con su interés, por obediencia al imperativo irresistible de la escrupulosidad…”. En su dedicatoria escribe: “A mi marido y a nuestros hijos les dedico esta obra terminada en restitución de la atención que por ella les he robado”. Aquí, en este punto, quisiera terminar con las palabras de otra gran personalidad española, Maria Zambrano: “…ser persona es la respuesta y por ello el único proyecto posible al cual todos los proyectos deben quedar supeditados: lo moral, lo humano…”.

Todo este largo comentario viene a propósito de que en la edición de la obra teatral El diccionario, de la editorial Artezblai (número 84 en su colección de textos teatrales), su autor, Manuel Calzada Pérez, se pregunta: “¿Por qué una obra sobre María Moliner?”. A la que contesta en cierto modo apuntando que lo hace para dar a conocer la dimensión trágica de la vida de la diccionarista, una de las personalidades más importantes del siglo XX español. En esa su presentación, Manuel Calzada dice: “yo no conocí al personaje de mi obra, pero sí su diccionario y creo que no me equivoco demasiado: el diccionario es ella misma”.

Pues bien, escribir una obra teatral con un Diccionario como material central de la acción no es cosa fácil de imaginar, pero Calzada, arquitecto granadino, ha logrado construir una estructura sencilla y eficaz, con pocos, poquísimos personajes, valiéndose, como dice Jose Carlos Plaza, de “su amor a la palabra, a los matices de la expresión, a la claridad, a la manifestación de la riqueza y complejidad de nuestros sentimientos”. Para llevarla a buen fin ha sabido manejarse en la trama de la obra con una gran habilidad y con recursos mínimos, lo que hace que la obra sea más atractiva y se lea con facilidad asombrosa.

Para el lector que esto escribe, Manuel Calzada ha escrito más bien una tragedia de las palabras de una bibliotecaria que en su día decidió, como espíritu libre que era, escribir un Diccionario de uso del español, para acabar al final de su vida sin poderlo usar para comunicarse debido a su enfermedad. Decía que ha escrito una tragedia de las palabras –y para mí no es algo para cargar en el debe– más que una tragedia sobre la vida de María Moliner.

En esta apreciación personal influya quizás el hecho de que me ha parecido que Calzada, llevado por su idea de mínimos, ha tenido en cuenta el conocimiento general que de esa época pueda tener su posible espectador para no usar más que algunos hechos conocidos de nuestra historia como pueden ser la existencia de un Juez instructor (del que da únicamente en la lista de personajes su nombre y apellidos) encargado de la depuración de los archiveros-funcionarios después de la guerra civil o la noticia televisiva de la muerte de Franco, para que cada uno saque sus conclusiones. Quizá el espectador actual no esté tan bien informado como todos querríamos y la trágica vida de la diccionarista que transcurre desde su puesto en el Archivo de la Delegación de Hacienda de la Valencia republicana hasta su jubilación como directora de la Biblioteca de la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de Madrid en el 70 y su posterior enclaustramiento por enfermedad en su casa de la calle Santa Engracia, no se perciba con la nitidez y crudeza debida; seguramente porque la mayoría de la gente de hoy desconoce la realidad de los hechos sobre los que Calzada traza la vida de Maria Moliner, vida inmersa en un periodo tan conflictivo como el que incluye la dictadura de Primo de Rivera en 1923 y la muerte del otro dictador en 1975.

Pero aquí hablamos del personaje María de Moliner y en definitiva, es de agradecer que el autor, con apenas dos o tres pinceladas sobre los acontecimientos que rodearon su trabajo, logre no distraer la atención del lector con ellos y centre su atención, con la ayuda del personaje del Doctor, en su ingente labor sobre las palabras, y haya escrito una obra teatral sobre el Diccionario de uso del español. Se trata, pues, como he dicho, de una obra atractiva que se lee con facilidad.

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