Con textos de: J. L. Alonso de Santos, A. Bueno, J. Campos García, J. Escabias, B. Escudé, R. Gordon, R. Hernández Garrido, J. López Mozo, J. Mayorga, D. Miras, G. Morales, J. Moreno Arenas, M. Murillo, D. de Paco, M. San Filippo, J. Sanchis Sinisterra, A. Vallejo y A. Zurro.

El Teatro breve actual que vio la luz editorial el pasado mes de marzo recoge, en sus más de quinientas páginas, cincuenta piezas breves del panorama dramático del momento. Gutiérrez Carbajo, responsable de la selección y edición de los textos, así como de la exhaustiva y luminosa introducción que los precede, puede arrogarse el mérito de dar cita en un solo volumen a los dramaturgos más representativos de nuestra escena. Creemos que es este un mérito doblemente significativo: al valor de conceder voz y espacio a nuestros dramaturgos –necesidad imperante en el difícil panorama al que se enfrentan–, hay que sumar el acierto de que compartan escenario editorial.

El talante investigador, analítico y riguroso del editor queda de manifiesto en el estudio introductorio que sirve de marco a las piezas que reúne. Percibe y señala Carbajo las proximidades y conexiones del fenómeno con otras manifestaciones artísticas contemporáneas como el cuento, el corto cinematográfico o el monólogo humorístico. En una Breve historia del teatro breve recorre las diversas modalidades de los subgéneros dramáticos, al tiempo que brinda la oportunidad de acercamientos más profundos señalando los trabajos de especialistas que han tratado y estudiado tales géneros en uno y otro momento histórico. No falta tampoco la perspectiva de análisis inmanente y sincrónico. Propone la definición del concepto de discurso partiendo de acercamientos lingüísticos, semióticos y pragmáticos para aterrizar en estudios específicos sobre el discurso teatral en su doble modalidad dialogada y monologada. Nuevamente ordena y sistematiza los acercamientos teóricos que se han realizado a la cuestión, constituyéndose en lugar de síntesis y referencia para el estudio del discurso teatral. Se cierra el volumen con un apéndice que recoge la trayectoria de los diecisiete autores presentes en la antología, nueva ventana a otros lugares de su producción dramática.

Los textos se ordenan en función de su modalidad discursiva; son así clasificadas las cincuenta piezas en diecisiete tipos diferentes de discurso dramático que van desde el diálogo de dos personajes nominados al monólogo didascálico en el que no se profiere palabra alguna. El criterio ordenador empleado permite la localización eficaz del tipo de discurso requerido. A la variedad formal se superpone la riqueza temática. Es recurrente la cuestión metateatral en las piezas breves antologadas. En Minimalismo, de Alonso de Santos, asistimos al frenético diálogo entre actriz y director constituido por potentes intervenciones de una sola palabra que parodian el vanguardismo más obsoleto, mientras que en Tránsito Antonia Bueno reflexiona sobre la débil frontera que marca el paso entre la realidad y la ficción teatral, entre la vida y la muerte de la protagonista. En 581 mapas, Juan Mayorga emplea la figura de un disparatado cartógrafo para insinuar los paralelismos entre la ciencia de representar cierta parte del mundo sobre el papel y el arte de hacerlo sobre un escenario. La intertextualidad es un recurso de gran efectividad en textos dramáticos de tan extrema brevedad. Así lo muestra Trueque, de Sanchis Sinisterra, trasnochado diálogo entre un Ulises y un capitán Ahab cuyos deseos y afanes han sido ya minados por el paso del tiempo, o Entre Troya y Siracusa, de Domingo Miras, dramatización improvisada allá por el siglo V a. C. de un pasaje de la Ilíada. Otro lugar habitual es el complejo universo emocional de las relaciones de pareja. En Sinceridad, Alonso de Santos nos transporta al encuentro fresco y divertido entre dos mujeres que resultan ser amantes de sus maridos respectivos, mientras que en La metáfora, de Diana de Paco, nos asomamos al dolor y la desesperación de una mujer engañada a través de un discurso de enorme potencialidad expresiva. De mutuo acuerdo es un inteligente y genial reflejo de los extremos que se pueden alcanzar en las enredadas negociaciones de una separación. El humor más elocuente roza el absurdo en los momentos más dramáticos de esta pieza de Diana de Paco. Pareja con tenedor, de Jesús Campos, recoge, en un breve diálogo de apariencia convencional, el atisbo de una tragedia cotidiana, y la incomunicación es dramatizada por Juana Escabias en Vías férreas a través de la historia de un no encuentro. Las inquietudes sociales de nuestros dramaturgos adquieren forma dramática en obras como La piel, de Miguel Murillo, potente metáfora sobre la desigualdad social. La efectividad del interrogatorio queda patente en ¿Consigues dormir por las noches?, de Gracia Morales, o en Kip, de Alfonso Vallejo. Interesantes resultados entre lo humorístico y lo existencial ofrecen también las entrevistas médicas, como bien lo demuestran Lo imposible, de Rafael Gordon, o Cráneo privilegiado, de López Mozo. El monólogo didascálico es el cauce discursivo que ofrecen La linterna, La televisión y El móvil, de Moreno Arenas, instantáneos juegos dramáticos que vienen recibiendo el atinado nombre de “pulgas dramáticas”.

La permeabilidad de las formas dramáticas breves con géneros próximos se hace expresa en algunas de las piezas de la antología. Es el caso del Monólogo para decirlo en marzo con voz dulce y ojos muy abiertos, de Marina Sanfilippo, “foto de un concierto”, a medio camino entre monólogo dramático, narración oral y poema en prosa, o el de Sin red de Raúl Hernández, baile escénico en el que las palabras parecen columpiarse al tiempo que lo hace su protagonista. Así mismo, Beth Escudé juega con la Tra(d)ición de la fraseología más recurrente traicionándola a cada línea en un monólogo diarístico confesional.

Es la presente una antología caracterizada por la pluralidad de los tonos, temas y estilos que convergen en sus páginas. Lo tradicional confluye con lo vanguardista, la cadencia humorística con el aliento dramático. Son los textos ventanas breves a mundos efímeros que se deshacen al volver la página, flashes evanescentes de luz arrolladora que nos permiten ver con claridad si quiera por un momento. Este somero recorrido por algunas de las ventanas iluminadas de nuestra última dramaturgia testimonia la levedad, rapidez, exactitud y concisión que caracterizan a un género como el presente.

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