N.º 10 De aquí y de ahora. Teatro Español contemporáneo

sumario

IvánVivir en la atopia

Silvia Gutiérrez Martín
IES Profesor Julio Pérez (Rivas Vaciamadrid)

Javier DE DIOS,
Iván.
Madrid, Ediciones Antígona (col. “Teatro”, núm. 89), 2017.
104 pp. 12 €. ISBN: 978-84-16923-14-4.

«Es Juan. En ruso.»[1], le informa a su chica el joven protagonista de la obra que nos compete, al transcribirle el significado de su propio nombre: Iván, con el que también se titula esta magnífica pieza teatral, escrita por Javier de Dios, prologada por Fernando J. López y publicada por Ediciones Antígona. Siendo así, resulta inevitable pensar en grandes obras del realismo literario del siglo XIX intituladas con el nombre del personaje principal. Y es que Iván respira realismo por las cuatro esquinas de la escena de sus palabras, al representar, cual espejo, un fragmento de la vida paseado a lo largo (corto, más bien) del camino vital de un adolescente a punto de terminar sus estudios preuniversitarios, pero cuyo fin de curso puede quedar en suspenso, por mor de un conflicto entre Iván y su tutora, profesora de Lengua.

Iván

Iván, escrita y dirigida por Javier de Dios. FOTO: Javier Naval. 1

Efectivamente, tal y como hacían otrora los ilustres autores decimonónicos, Javier de Dios retrata de forma fidedigna un aspecto de la compleja realidad actual de nuestras aulas que afecta a toda la comunidad educativa, como microcosmos representativo de la sociedad de hoy día. Así pues, el punto de partida es una falta muy grave cometida por Iván en el centro donde estudia 2º de Bachillerato, la cual desencadena un cataclismo, no exento de cisma, para el propio Iván y entre aquellos adultos que rodean al joven: su padre, la tutora y el jefe de estudios del instituto. El primero se pregunta amargamente qué ha hecho él para merecer esto e insta a su hijo a cumplir con su obligación canónica que hace que todo estudiante de pro lo sea; la segunda, objeto directo de la infracción, se lamenta de la soledad en que se encuentran los profesores, cuya libertad de cátedra queda sujeta a una continua injerencia que los desautoriza. Por su parte, el jefe de estudios dispone lo imposible, en principio y en cierto modo, inexcusable, para que la maquinaria del curso en curso no frene ineludiblemente en seco para el chico. Y mientras tanto, Iván monta su propio escenario escape: un banco de un parque de su barrio donde pasa las tardes con su novia Luna.

Iván

Iván, escrita y dirigida por Javier de Dios. FOTO: Javier Naval. 2

Ahora bien, llegados a este punto y siguiendo los principios realistas, conviene aplicar un análisis mucho más minucioso, rascar la superficie hasta ahondar en los verdaderos motivos que llevan a nuestro protagonista a un comportamiento tan sorprendente: un problema disciplinario se antoja insuficiente razón para dejar el futuro en standby, cuando llega el momento de salir de la zona de tránsito vital rumbo al territorio personal que cada cual busca establecer en el mundo. Y así nos lo indica el subtítulo de la obra: Siempre hace falta un lugar. Claro que Iván y Luna, así como tantos otros adolescentes, viven en la atopia, en su sentido más etimológico: se hallan desubicados, es decir, ni se encuentran a sí mismos, hipersensibles como son a los componentes alérgenos del mundo en crisis en que vivimos. Y más en este caso, en que el espacio del drama es un barrio de extrarradio donde los índices de paro se disparan, por lo que más que estar en espera, el futuro ni siquiera llega a existir… Aunque, estamos realmente ante una problemática extrapolable a todo el sistema social, al microcosmos mencionado arriba: también son seres atópicos tanto los progenitores que, desorientados en la educación de sus hijos, acaban implorando una escuela de padres; como los docentes, que, en medio de un creciente desprestigio social, se ven desbordados por una profusión de funciones más allá de la enseñanza, de manera que, como denuncia Rafael, el jefe de estudios, «educar es una cuestión de suerte»[2], a veces se acierta y otras, no.

Iván

Iván, escrita y dirigida por Javier de Dios. FOTO: Javier Naval. 3

Por su parte, este contenido de reflexión necesitaba un envoltorio digno de su trasfondo y, desde luego, la obra lo posee: una estructura que comienza in medias res con un suceso preocupante, a partir del cual se salta al inmediato pasado para conocer las causas que llevan al mismo. Además, las escenas vienen trazadas por un tiralíneas sin mancha: se organizan en diálogos de a dos (aun cuando los personajes están solos en escena), lucha dialéctica que revela una falta de entendimiento, tanto intergeneracional (padre e hijo), como inter pares (sin contar los de Iván y Luna). La abundancia de diálogo manifiesta la paradoja de la carencia del mismo. Quizá el desencuentro se produce porque hoy por hoy se apela continuamente al diálogo, ahora que, tal y como sentencia Marta, la profesora de Iván, «las palabras solo valen por cómo suenan»[3]. Únicamente en sus falsos monólogos (hablando en términos argumentales), los personajes disfrutan de una gratificante catarsis que teatralmente los desenmascara. A fin de cuentas realistas, se caracteriza a las personas del drama de manera precisa y meticulosa a través de sus intervenciones, especialmente aquellas que muestran el estudio de la psique adolescente mediante el uso del decoro.

Cabe subrayar, asimismo, las alusiones a la literatura española. Resulta atinadísima para la trama de esta pieza la presencia en forma de símil del Lazarillo de Tormes, primera novela moderna española por su realismo. Y un proverbial Antonio Machado, todo un guía de aprendizaje de vida.

Sin embargo, lo verdaderamente destacable en el estilo de esta pieza es la exquisita composición de sus bellísimas acotaciones, cuyo lirismo no tiene parangón en la literatura dramática y justifica que el teatro escrito sea considerado un arte.

Para terminar, huelga decir que nos encontramos ante una muy recomendable obra teatral de realismo, pero del siglo XXI, a partir de la que los adultos nos podemos plantear un nuevo diálogo intergeneracional con los adolescentes para que dejemos de vivir en la atopia y, en consecuencia, si la mala gestión de gobiernos sin escrúpulos no lo impide, ellos constituyan el futuro, nuestro futuro.

 

 

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Notas    (↵ Volver al texto returns to text)

  1. Iván, de Javier de Dios, Madrid, 2017, Ediciones Antígona. Escena VII, pág. 47.↵ Volver al texto
  2. Iván, de Javier de Dios, Madrid, 2017, Ediciones Antígona. Escena VIII, pág. 57.↵ Volver al texto
  3. Iván, de Javier de Dios, Madrid, 2017, Ediciones Antígona. Escena X, pág. 64.↵ Volver al texto
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