extra-n-1  Mujeres que cuentan [ESPECIAL AUTORAS]

 

AUTORAS

Tan excepcionales como los creadores

Diana I. Luque

Pared, de Itziar Pascual

Pared, de Itziar Pascual

Aún hoy, de vez en cuando, se escucha la frase “no hay dramaturgas en España” en boca de profesionales de las artes escénicas. Es improbable que quienes profieren sentencia tan categórica conciban la posibilidad de que existan directoras de escena. En todo caso, se basan en prejuicios desgastados, subvertidos por la realidad escénica de nuestro país: no sólo hay dramaturgas, directoras y creadoras; sino que, mayormente, llevan a cabo un trabajo riguroso y de calidad.

Este año, la publicación de las nominaciones a la XIX edición de los Premios Max no ha estado exenta de polémica: descartando las categorías colectivas o diferenciadas por géneros, encontrábamos veinticuatro nominados frente a seis nominadas, y ninguna de ellas a las categorías de Autoría Teatral, Dirección de Escena, Adaptación o Composición Musical. Lamentablemente, si cotejamos los nombres de creadores y creadoras en los teatros de mayor visibilidad de nuestro país, las cuentas cuadran. El pasado mes de abril el periódico El País llamaba la atención sobre el hecho de que el Centro Dramático Nacional estrene esta temporada “de forma insólita” siete obras de autoras vivas. Lo insólito, no obstante, es que esto sea noticia en 2016, y más insólito aún es que una fecha tan cercana como diciembre de 2005 sea la primera vez que el CDN haya programado textos escritos por mujeres: Los niños perdidos, de Laila Ripoll, y Pared, de Itziar Pascual. Las mujeres, salvo en el ámbito de la interpretación, son una ausencia en la historia teatral española que urge visibilizar. Afortunadamente, de unas décadas a esta parte, las creadoras han tenido una mayor presencia en los campos de la danza y la performance, aunque tampoco les ha sido fácil abrirse camino en las artes escénicas en nuestro país.

Hoy en día son muchas las asociaciones y colectivos que tratan de impulsar la paridad con resultados notables. En respuesta a la polémicas nominaciones de los Premios Max, el pasado 12 de abril el Centro Dramático Nacional, el Centro Cultural Conde Duque y el Festival de Teatro Clásico de Almagro suscribían la Carta de la Temporada Igualdad Mujer/Hombre en las Artes Escénicas (2016/17), que garantiza —entre otras cuestiones— una representación no inferior al 40% de las actividades protagonizadas y/o avaladas por creadoras. La iniciativa, promovida por la Asociación Clásicas y Modernas, también cuenta con el apoyo de la Liga de las Mujeres Profesionales de Teatro —división española de la Liga fundada en Estados Unidos en 1986—, constituida apenas unas semanas antes de la firma de dicha Carta, a la que se unieron 5300 mujeres en apenas unos días, cifra que sigue en aumento.

Desde hace décadas varios colectivos de las distintas comunidades autónomas defienden proyectos que reclaman una representatividad igualitaria en el sector de las artes escénicas, y que indagan sobre lenguajes que promueven discursos alternativos a la visión masculina imperante: la arriba citada Asociación Clásicas y Modernas, fundada en 2009; la asociación valenciana Dones en Art, constituida en 2005; las madrileñas Marías Guerreras, agrupación creada en 2002; La Asociación de Mujeres en las Artes Escénicas de Málaga (AMAE), fundada en el 2000; Proyecte Vaca, colectivo creado en Barcelona en 1998; el grupo alicantino Las Sorámbulas, constituido en 1992; o la red internacional The Magdalena Project, fundada en Gales en 1986. Un evento de referencia en España es el Encuentro de Mujeres Creadoras en Iberoamérica, en el marco del FIT de Cádiz. Asimismo, existen plataformas y colectivos de reciente creación, como el proyecto internacional 365 Women A Year, cuyo propósito es generar textos dramáticos con personajes protagonistas femeninos o la asociación NORA por la igualdad en las artes escénicas y la cultura.

Pese a que la Ley de Igualdad lleva vigente desde 2007, hace falta un cambio de paradigma en nuestra sociedad que realmente haga efectiva la paridad entre hombres y mujeres. Las artes escénicas, en todos sus ámbitos, no son una salvedad: es necesaria la igualdad respecto a la programación y las ayudas, la paridad en los equipos técnicos, así como en los consejos de administración, los jurados y comités de selección. Es fundamental acallar las voces que cuestionan resultados personales meritorios con el “está ahí/ se lo han dado porque es mujer”. Urge una Asociación de Autoras y Autores de Teatro, una Unión de Actrices y Actores, una Asociación de Directoras y Directores de Escena, y una Sociedad General de Autoras, Autores, Editoras y Editores.

No somos la excepción. Somos tan excepcionales como los creadores. La calidad y el valor de nuestro trabajo deberían anteponerse por sí solos al estatismo de la queja pasiva y del discurso victimista. Afortunadamente, la toma de conciencia sobre la tradicional discriminación de las mujeres en el ámbito dramatúrgico está acelerando y facilitando la incorporación de escritoras al panorama teatral español. A día de hoy hacen falta monográficos como éste, así como las publicaciones académicas, revistas de investigación teatral y los seminarios que muestran interés por estudiar y visibilizar la dramaturgia escrita por mujeres. A día de hoy es fundamental la labor de las becas y ayudas exclusivas para mujeres, como el desaparecido Premio María Teresa León para autoras dramáticas o el Premio Internacional La escritura de la diferencia. También son necesarios a día de hoy programas de creación y exhibición de nuevas dramaturgias que velen por la paridad, como “En Blanco” (Sala Cuarta Pared), “Escritos en la Escena” (CDN), el Programa de Desarrollo de Dramaturgias Actuales (INAEM), la Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos, o los festivales Almagro Off, Frinje y Talent. Todos estos medios han permitido que el trabajo de autoras como María Velasco, Blanca Doménech, Helena Tornero, Diana de Paco, Denise Despeyroux, Carolina África, Marta Buchaca, Beth Escudé, Mar Gómez Glez, Victoria Szpunberg, Vanesa Sotelo, Irma Correa, Vanessa Montfort, Gracia Morales y otras tantas, formen ya parte de la historia de la dramaturgia más reciente y consolidada de nuestro país. Con ellas, la denominada “dramaturgia femenina” y su limitada visión sobre La Mujer han dado paso a enfoques individuales de mujeres sobre Las Mujeres y sobre el mundo, así como a variedad de estilos y temáticas. Reconozcamos gratamente y celebremos la labor de todos estos medios e instituciones, con la esperanza de que muy pronto deje de ser imprescindible sin dejar de ser relevante.

 

Webs de interés:

Clásicas y Modernas: http://www.clasicasymodernas.org/

Encuentro de Mujeres en las Artes Escénicas (EMIAE): http://www.emiae.com/wordpress/

Liga de Mujeres Profesionales del Teatro: https://www.facebook.com/groups/LPTWSpain/

Liga de Mujeres Profesionales del Teatro (web EEUU): http://theatrewomen.org/

Igualdad en las artes escénicas y la cultura: https://www.facebook.com/NORAigualdad

Proyecte Vaca: http://projectevaca.com/

The Magdalena Project/ El proyecto Magdalena: http://www.themagdalenaproject.org/es

365 Women A Year: https://365womenayear.wordpress.com/

 

Diana I. LuqueDIANA I. LUQUE

Diana I. Luque es dramaturga, traductora, profesora en la Escuela Superior de Arte Dramático de Valladolid y coordinadora del Máster y Experto en Creación Teatral (UC3M). Es Editora Técnica de la revista Acotaciones y miembro del Consejo de Redacción de Primer Acto.

Es co-autora de Novelas Ejemplares, de Cervantes (2015, Factoría Teatro) y autora de Fisuras (CDN, Escritos en la Escena, 2014), La imagen de los sometidos (Cátedra, 2014), El niño erizo (La Machina Teatro, 2014), La tierra en la que habitan los peces (2014, II Programa Dramaturgias Actuales-INAEM 2012-13), y Tras la puerta (ADE, 2012, Premio Ricardo López Aranda 2011), entre otros. Sus traducciones incluyen El umbral, de Hasan Erkek (Ed. Antígona, 2015), La calidad de la misericordia, de Peter Brook (La pajarita de papel, 2014) y El poder del sí, de David Hare (Primer Acto 244). Fue finalista al Premio de Traducción “María Martínez Sierra” ADE 2012 por Estéticas de la destrucción: el teatro irlandés en la era del Celtic Tiger (Fundamentos, 2012).

Ha obtenido un Máster en Creación Teatral (UC3M), un Máster en Teatro y Artes Escénicas (ITEM-UCM) y un DEA en Literatura Inglesa y Norteamericana (UAM). Es Licenciada en Dramaturgia (RESAD) y en Filología Inglesa (UAM).

 

 

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