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AUTORAS

CASANDRAS. ¿Por qué Casandra?

Diana M. de Paco Serrano

Polifonía, de Diana de Paco

Polifonía, de Diana de Paco 1

La figura de Casandra, joven adivina de la mitología griega, me fascinó desde que la conocí. Comencé a estudiar las fuentes literarias e iconográficas en las que aparecía, analicé las características que a lo largo del tiempo se habían ido añadiendo a su perfil y reflexioné sobre su relación con otras heroínas de la tradición clásica. De este esta investigación surgieron, además de varias conferencias, un artículo publicado en la Revista Myrtia. Revista de Filología Clásica en 2011 (26, 2011, 123-139) que realicé durante un período de investigación en la Universidad de Trieste mientras disfrutaba de una estancia de movilidad “José Castillejo”. Por entonces mi interés por Casandra solo podía ser científico (aunque era mucho más que eso), pues esa era la finalidad del período de estudio en Italia, pero me prometí a mí misma que la haría teatro antes o después.

Casandra, una mujer cuya relación con los hombres es desde el primer momento problemática. Enfrentada a Apolo a quien se negó a unirse de cualquier manera, valiente y rebelde, castigada a vaticinar el futuro sin ser creída por nadie. Castigada a decir verdades a las que nadie daría valor. “¡Ay de mí!”, exclamaba la profunda Casandra de Christa Wolf (Cassandra, 1983), “el tormento de ver me arrastra de nuevo”. La desgraciada troyana vio su destino fatídico junto al rey Agamenón antes de que este se cumpliera, así lo relata ella misma en las Troyanas de Eurípides y así se cumple en el Agamenón de Esquilo, donde su lenguaje, igual al de los pájaros, es desconocido para el coro griego que la arropa. Siglos más tarde, el grupo ABBA le pedía perdón en su hermoso tema Cassandra (1982) incluido en el relanzamiento del álbum The Visitors: “Sorry, Cassandra, I didn’t beliave… you really had the power”, en realidad, tú tenías el poder, perdona Casandra porque no te creí: eras sabia, dabas miedo, estabas maldita: una consecuencia que se convertirá en el destino inapelable de muchas heroínas griegas y que, desgraciadamente, es símbolo de la situación de muchas mujeres en la actualidad.

Atendida por numerosas plumas de la literatura, desde la Ilíada homérica, pasando por los líricos y trágicos griegos hasta la actualidad, objeto de estudio arquetípico en las investigaciones psicoanalíticas, la hija de Hécuba y Príamo, la hermana de Paris ha llegado a dar su nombre a un complejo: “El complejo de Casandra” que, como explica Laurie L. Schapira (El complejo de Casandra. Vivir sin estima, una perspectiva moderna sobre la histeria, Barcelona, 1993) “describe a las mujeres que en la actualidad viven con la insoportable carga de visiones increíbles […] El drama que viven las personas sensitivas y mediúmnicas que durante siglos fueron perseguidas y quemadas” (p. 39).

Tras años, mi Casandra se hizo teatro y quise reunirla con otras protagonistas femeninas, otras Casandras que la acompañaran en su camino. La relación de la princesa troyana con el resto de personajes femeninos que protagonizan Casandras estaba clara desde el principio, tal y como explica Virtudes Serrano en el prólogo al volumen (p. 21): “Casandra está reflejada en las protagonistas de estas obras, como un caleidoscopio de mujeres con formas y colores diferentes pero que, al ser observadas por el pequeño punto de mira de la lectura del libro, se acoplan en un solo dibujo cambiante que ofrece distintas formas de rebeldía de las oprimidas y silenciadas”. Esta era la clave: Reunir a mujeres procedentes de distintos lugares y entornos sociales, de edades y situaciones diversas que sufren la opresión del poder, el maltrato, el desprecio, la violencia de quienes no creen o, mejor, no quieren creer en ellas, y desean silenciar su voz sabia y su infinito valor, reunirlas para que en solidaridad se rebelen contra esta situación y desde el teatro nos hagan reflexionar sobre la necesidad de cambiar, la necesidad de decir: Nunca más.

Cada una de estas obras había de venir de la mano de una estudiosa de nuestra literatura dramática, mujeres sabias, de nuevo, que alzan su voz para acompañar con sus reflexiones estos textos: Virtudes Serrano compone con cálida exhaustividad la introducción general y el prólogo de Casandra, la última pieza del libro; Helen Freear Papio abraza con sus reflexiones a las cuatro mujeres míticas (Penélope, Medea, Clitemnestra y Fedra) de Polifonía, obra que se estrenó en mayo en el Teatro de la Cuadra por la compañía Tríade dirigida por Miguel Cegarra; Iride Lamartina Lens y Susan Berardini gritan con decisión ¡Ni una menos!, tras analizar el destino de las cuatro mujeres protagonistas de Espérame en el cielo…o, mejor no: Aisha, niña paquistaní; Amalia, señora recortada, anciana desahuciada; Rosa, joven atormentada por su pareja que tiene el problema de no poder mentir y María, doctora forense, enamorada y amante de su colega de trabajo. Esta obra fue estrenada en 2013 por la compañía Espacio Imaginado, dirigida por Mariángeles Rodríguez y Jorge Fullana.

Greta Trautmann acompaña a África L. y la define como una joven universal que cuestiona su papel en el mundo y el papel de los demás en su ambiente personal; Rossana Fialdini Zambrano subraya en Morir de amor el drama de Miriam, una mujer que actúa y combate el fatum de la violencia machista y, como broche final, Virtudes Serrano rescata la visión no oficial de Casandra en la presentación del monólogo homónimo que cierra el volumen.

Estas son mis Casandras, las que luchan, las que se resisten, las que nunca mueren porque más allá de esta realidad se reúnen como almas dramáticas y solidarias para volver a empezar.

Gracias a Esperpento ediciones teatrales estas Casandras se han reunido en un libro este 2016, algunas aparecen por primera vez, otras vuelven editarse, todas constituyen un sueño teatral de más de 15 años que ahora se ha hecho realidad.

 

Diana M. de Paco SerranoDIANA M. DE PACO SERRANO

Diana M. de Paco Serrano es Dramaturga y Profesora Titular de Filología Griega en la Universidad de Murcia. Doctora en Filología Clásica (Universidad de Murcia) y Licenciada en Filología Italiana (Universidad de Salamanca).

Ha trabajado en las Universidades de Bérgamo, Alicante y Murcia y ha realizado estancias de investigación en Universidades de Heidelberg, Roma, Dublín y Trieste. Ha participado en diversos proyectos de investigación y ha publicado estudios sobre temas relativos al teatro griego y su puesta en escena, pervivencia del teatro griego en el teatro contemporáneo. Ha participado en diversos congresos nacionales e internacionales, en tanto que investigadora y dramaturga y ha visitado diferentes universidades de Europa y EEUU impartiendo seminarios, conferencias y talleres sobre su teatro y sus investigaciones científicas.

Entre 1996 y 1999 escribió sus primeras piezas: Eco de Cenizas, La Antesala, Lucía y Polifonía. Desde entonces su labor teatral no ha cesado, ha publicado numerosas obras en diferentes editoriales y muchas de ellas han sido puestas en escena. En la actualidad la compañía Tríade Teatro gira con su obra Polifonía. Entre los premios obtenidos en los últimos años destaca el Premio Palencia de Teatro por Obsession Street (2008), publicada en Huerga y Fierro ed. 2011; I Premio Irreverentes de Comedia (2015) por De Mutuo acuerdo o el concierto del hombre con un abrigo pegado a la piel (Ediciones Irreverentes, 2015).

En 2016 ha visto la luz su libro Casandras (Esperpento ediciones teatrales) que recoge cinco de sus piezas dramáticas, todas ellas con protagonistas femeninas.

 

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  1. © Marta L. Caro↵ Ver foto

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