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Reseña

Teatro y deportes en los inicios del siglo XXI

 

Susana Inés Pérez Alonso

 

José Romera Castillo (Ed.)
Verbum, 2021

 

 

A primera vista, teatro y deporte son dos disciplinas dispares. Sin embargo, el segundo sirve de inspiración a dramaturgos y creadores de todas las edades para pensar la influencia del deporte y los deportistas en la sociedad actual y abordar cuestiones como el éxito, el fracaso o la perfección. Este volumen, titulado Teatro y deportes en los inicios del siglo XXI y editado por el profesor Romera Castillo, recoge estudios actuales sobre las relaciones entre teatro y deporte, en forma de reflexiones más generales o a través de obras concretas, escritos tanto por profesionales del teatro como por académicos. Se trata de las ponencias que formaron parte de la vigésimo novena edición del Seminario Internacional del mismo nombre organizado por el Centro de Investigación de Semiótica, Literatura, Teatro y Nuevas Tecnologías (SELITEN@T), que se llevó a cabo de manera telemática en diciembre de 2020.

Esta monografía comienza, como es costumbre, con una introducción del profesor Romera Castillo, que repasa la labor y prolífica trayectoria del Seliten@t, dirigido por él mismo tras haber impulsado su creación en el año 1991. Asimismo, incide en que este centro de investigación fue pionero en estudiar la dimensión espectacular del teatro. Posteriormente, con el propósito de presentar la temática de los estudios recopilados, expone la conexión entre deportes y cultura y plantea la siguiente pregunta: “¿el deporte no es también cultura?” (p.20). A esto, añade la fascinación que el deporte, especialmente el fútbol, suscita entre los profesionales del teatro; verdaderos forofos son, por ejemplo, Jorge Eines y José Ramón Fernández, que hablan en este volumen sobre su obra El Trinche. El mejor jugador del mundo. Por otro lado, en el desglose de artículos, se refiere también a las propuestas teatrales de discurso feminista, a partir de la visión de las deportistas, la exploración de los estereotipos de género o la violencia doméstica.

Ante tal diversidad de estudios, la primera sección (“Panoramas”) supone una aproximación al tema a través de artículos que resultan tanto informativos como reflexivos o filosóficos. López Mozo elabora la introducción de Romera Castillo y ofrece al lector un recorrido detallado por las obras que se nutren de temas deportivos en el siglo XXI, aportando incluso una lista de obras de autores españoles; en dicha lista, se adelantan títulos que se estudiarán más adelante, entre otros, Playoff, de Marta Buchaca, Bajo el agua, de Mar Gómez González, Reikiavik, de Juan Mayorga, La carrera, de Eva Hibernia, o Eudy, de Itziar Pascual.

Si López Mozo comienza su estudio haciendo mención a algunas de las obras de la década de los noventa del siglo pasado, en su mayoría breves, Pérez-Rasilla se remonta a obras anteriores firmadas por Lorca, Jardiel Poncela, José María Bellido o, ya en la década de los ochenta y noventa del siglo pasado, Fermín Cabal, Ernesto Caballero, Ignacio Amestoy, Martínez Mediero e Ignacio del Moral. Asimismo, afirma que, aunque no es un fenómeno nuevo, la presencia del deporte en la escena contemporánea en las últimas tres décadas ha aumentado considerablemente. Además de confirmar la lista de obras y autores elaborada por López Mozo, Pérez-Rasilla señala la parodia de las diversas prácticas deportivas en obras como la pantomima Olimplaff, de Yllana, cuyo humor basado en la gestualidad remite inevitablemente a Slastic, de Tricicle, estrenada en 1986 y representada en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona.

Esta primera sección más general termina con los artículos de Estaire y Aburto González; mientras la segunda se centra en autores y obras de temática deportiva en el País Vasco entre los años 2010 y 2020, el primero desarrolla una reflexión muy personal desde su perspectiva de dramaturgo en la que establece paralelismos entre teatro y deporte, o más bien entre juego teatral y juego deportivo, e insiste en la importancia del trabajo en equipo; para él, escribir es un deporte. Estaire, además, se atreve a afirmar que existe una dramaturgia del deporte y “que las estructuras externas del deporte, de las competiciones deportivas, se han tomado con arreglo a cuestiones dramáticas” (pág.110).

Dubatti es el encargado de abrir la siguiente sección de esta monografía, dedicada al deporte rey. En su artículo, el teórico argentino desarrolla el concepto de “teatralidad”, que es extrapolable a toda actividad humana más allá del teatro; como bien afirma, “no todo es teatro, pero sí todo es teatralidad” (pág.137). En esta línea, aborda “El fútbol como show, como espectáculo de alta conciencia de actuación y expectación, dentro y fuera de la cancha” (pág.139), lo que incluye tanto a jugadores como a hinchas. Este estudio de Dubatti enlaza con el anterior de Estaire en lo que se refiere a pensar las semejanzas entre teatro y fútbol. Además del trabajo grupal, Dubatti menciona también la reunión o convivio alrededor del acontecimiento, la ilusión de un tiempo propio, la presencia de cuerpos vivos, la importancia del conflicto o la existencia y aplicación de reglas.

Si Dubatti ya se había referido a Maradona como “un caso de prodigiosa teatralidad” (pág.139), Dimeo, en su estudio, profundiza en su figura y añade que “Diego Armando Maradona decidió crear un personaje y se llamaba Maradona” (pág.171). El Trinche Carlovich es todo lo contrario; también argentino, este jugador, que, dicen, podría haber sido mejor que Maradona, rechazó jugar en primera división para vivir tranquilo, alejado del circo mediático. Será en este jugador en quien se inspiren Eines y Fernández para escribir El Trinche. El mejor jugador del mundo. Eines escribe un homenaje poético tras su muerte, insistiendo en su amor por el juego y en la identificación jugador-actor: el jugador tiene la pelota y el actor la acción, sostiene. Por su parte, Fernández explica su intervención en el proceso de escritura y la introducción del personaje del periodista como antagonista, al menos en un primer momento. La sección del deporte rey termina con el estudio de Mijares Verdín, una reflexión sobre “la comunicación instantánea a nivel global” (pág.187) en torno a un partido de fútbol en concreto: el Real Madrid-Barcelona el 23 de abril de 2017.

La siguiente sección de fútbol femenino y natación incluye estudios realizados por mujeres sobre dramaturgas y, a su vez, sobre jugadoras de fútbol. Se abre con el estudio de Itziar Pascual sobre Eudy, una obra suya que ella misma califica como “tragedia contemporánea”. Basada en la vida de Eudy Simelane, defensora de los derechos LGTBQI+ tanto dentro como fuera del terreno de juego, Pascual ve en esta futbolista sudafricana un ejemplo de transmisión de valores a través del deporte. Por otro lado, Pietro Nadal explora la perspectiva de género o discurso feminista a partir de la puesta en escena de dos obras: Playoff, de Marta Buchaca, y La partida, de Vero Cendoya. Según la estudiosa, la primera permite adentrarse en la intimidad del vestuario y aborda el sentido del juego para las jugadoras que, más allá de ganar, buscan “el reconocimiento de su independencia y su valía” (pág.199), siendo víctimas o esclavas de sus propios pensamientos y de un complejo de inferioridad que permanece frente a la modalidad masculina; la segunda explora la combinación de fútbol y la danza. Por cierto, no es la primera vez que en esta monografía se menciona la danza en su intento de integrar las artes escénicas en su conjunto; también se menciona la obra Los hombres también mueven paredes, de la compañía Provisional Danza, dirigida por Carmen Werner, que, según Pérez-Rasilla, utiliza “El deporte como metáfora existencial” (pág.95).

Báez Ayala se adentra en el estereotipo de hombre agresivo e incluso violento que emerge ante el acontecimiento deportivo a través de la pieza breve Duodécimo, de la mexicana Virginia Hernández. Por otro lado, Jódar Peinado también explora los vestuarios en Playoff, pero junto a la obra Bajo el agua, de Mar Gómez González, que denuncia las prácticas abusivas en natación sincronizada. Por último, Surbezy analiza Los niños vienen al mundo gritando gol, de Lola Blasco, y Las niñas juegan al fútbol, de Amaranta Osorio, para reflexionar sobre el poder de la palabra en la escenificación del acontecimiento deportivo y sobre el lenguaje deportivo como expresión de liberación y de denuncia en situaciones cotidianas.

Para terminar, la monografía incluye otros tres apartados, mucho más cortos en relación a los anteriores. El primero de ellos se dedica al atletismo y, en él, Eva Hibernia habla sobre su propia obra, La carrera, en concreto de la influencia de la tradición sufí en el proceso de composición de la misma. Acto seguido, Nieto Yusta analiza la obra; en ella, el deporte vuelve a ser metáfora, en esta caso “de superación, libertad y autoconocimiento” (pág.285). En la siguiente sección dedicada al ajedrez, los estudios de Osuna y de Jiménez Aguilar se centran en las obras Fin de partida, de Samuel Beckett, y Reikiavik, de Juan Mayorga, respectivamente. Osuna identifica en esta obra el ajedrez con el sufrimiento humano y con la divinidad simultáneamente; Jiménez de Aguilar, por su parte, desglosa la obra de Mayorga y su contextualización en la Guerra Fría para hablar de la “politización del juego” (pág.301), la asociación de este deporte con el bando comunista y un sistema que olvidó a sus víctimas. Por último, en la sección de boxeo, Trecca explora el uso de estructuras del evento deportivo, en este caso del combate de boxeo, aplicadas a la dramaturgia de Rukeli, de Carlos Contreras Elvira, obra basada en la vida de un boxeador gitano en la Alemania nazi.

El volumen aquí reseñado se desmarca del ámbito periodístico para explorar la relación entre teatro y deportes a partir de voces y materiales, que, aun dispares, se complementan, creando espacios de diálogo entre los ponentes; la mayoría de los trabajos presentados inciden en la búsqueda de paralelismos entre ambas disciplinas y el uso o construcción del lenguaje, los escenarios y las estructuras del acontecimiento deportivo en la creación de nuevas dramaturgias y espectáculos, especialmente con el propósito de tratar o denunciar acontecimientos en la sociedad actual. Los creadores y dramaturgos quedan fascinados con el poder de convocatoria de los acontecimientos deportivos o la emoción que suscitan y traspasan las fronteras de la dimensión deportiva, que termina por presentarse como metáfora y reflexión sobre el poder, la ética o la política, lo que incluye la perspectiva de género. Se propone también en este volumen una lista de autores y obras a nivel nacional, regional e internacional, o autores y obras recurrentes, para facilitar la continuación de la labor investigadora. Destacan, en este sentido las recopilaciones coordinadas por Guillermo Heras: Al borde del área (1998), de piezas breves, y La mano de Dios. Fútbol y teatro (2021). Se trata de un volumen equilibrado e integrador que comienza con perspectivas generales o panorámicas para adentrarse después en el fútbol y en otros deportes menos populares. Aunque no existen secciones para todos ellos, la presencia del ciclismo o el frontón en las creaciones escénicas se menciona en los artículos iniciales, con ejemplos tan significativos como el de Los Gondra, de Borja Ortiz de Gondra, en lo que se refiere al deporte vasco. Quizá un próximo volumen se ocupe de estos y otros deportes.

 

 

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