N.º 55Autor-Director hoy

 

Reseña

La mano en el cajónLa mano en el cajón
(papeles sueltos)

 

Manuela Fox

 

Jerónimo López Mozo,
Centro de Documentación Crítica, 2020

 

 

Para los que llevamos años estudiando y apreciando el recorrido teatral y vital de Jerónimo López Mozo su libro La mano en el cajón (papeles sueltos) es todo un regalo. El volumen surgió del deseo del autor de ver publicada una serie de materiales que reencontró en 2011 y nos ofrece una pieza más para interpretar y entender la labor de uno de los artistas más comprometidos tanto con las cuestiones estéticas como con las éticas. Publicado en 2020 por el Centro de Documentación Crítica —un colectivo de debate teórico y político sobre proyectos culturales alternativos— el libro recoge trabajos misceláneos, olvidados o desconocidos y, a veces, inéditos, de diversa tipología y que tratan de varios temas. Se trata de textos escritos en distintas etapas, de los que surge una reflexión sobre su evolución personal y profesional en el ámbito teatral y no solo. Además de numerosos artículos periodísticos, contiene dos guiones cinematográficos y dos textos teatrales completos, borradores de obras que no llegaron a completarse y capítulos de una novela. Todo esto viene acompañado de la acertada introducción de Virtudes Serrano, profunda conocedora de la obra de Jerónimo, que define esta recopilación como un corpus teórico-práctico para comprender mejor la personalidad y el estilo del dramaturgo.

Los primeros breves textos, escritos por López Mozo adrede para esta publicación, son reflexiones sobre diversos aspectos de su trabajo y sobre cómo nació la idea de este volumen. Habla de su despacho y de la organización de su proceso creativo, de los textos que se publicarían, acompañando al lector en la lectura de estas páginas. Como aludimos, en el libro se incluyen dos guiones, ambos para cine mudo (Horas y Contrapuntos) escritos entre 1967 y 1969, que le encargó Joaquín Arbide, entonces director del Teatro Universitario de Sevilla. Hay, además, dos obras de teatro. La primera es Los personajes del drama, que estuvo inédita hasta 2019, año en el que se publicó en la revista Acotaciones. En ella salen al escenario personajes de distintas obras que han especialmente influido en la formación teatral de López Mozo, sobre todo de dramaturgos que no tuvieron vida fácil en la España de los años sesenta y setenta, cuando nuestro autor empezó su trayecto teatral y que, justamente por eso, lo apasionaron. La segunda obra que se publica aquí es El caserón, de 1972, introducida por un texto que aclara su idea sobre los happenings y el teatro total, y la génesis de esta pieza. Es un texto sumamente sugestivo, ya que se trata de una puesta en escena que no solo rompe con la cuarta pared, sino que propone un espectáculo itinerante que, lamentablemente, nunca se ha realizado. Pertenece a una etapa de la vida creativa del dramaturgo, entre finales de los sesenta y comienzos de los setenta, en la que experimentó nuevas líneas dramatúrgicas, uniendo elementos del teatro del absurdo y del teatro político, la idea del espectáculo como ritual, que desarrolla intensamente su potencial didáctico y brechtianamente épico. Los temas que predominan son la incomunicación, la vejación, el malestar del hombre contemporáneo, más aún en el difícil contexto español del régimen.

Los textos que siguen son reflexiones sobre obras que llegó a escribir, como Bagaje, o que finalmente no escribió; luego encontramos un poema de tintes futuristas, cartas a personas del mundo del teatro, análisis sobre elementos dramáticos (por ejemplo, el uso de muñecos en la escena), cometarios sobre sus notas y su forma de escribir, pero también sobre poesía y novela y, cómo no, sobre la pintura. En el apartado siguiente aparecen unos veinte artículos que publicó en el ABC entre 2005 y 2009, en su columna de la sección de teatro, titulada El engaño a los ojos, que abarcan varios temas, desde los autores que mayormente han influido en su teatro hasta los montajes y las puestas en escena. A los artículos, siguen algunos capítulos de la única novela que López Mozo escribió, El happening de Madrid, precedida por una nota aclaratoria. El texto se escribió entre 1974 y 1978 y está inédito hasta el momento, a parte algunos capítulos publicados en revistas. Aquí se recuperan los ya publicados y algunos más.

El último texto que aparece en La mano en el cajón se titula “Los escritos de la casa vieja”, redactado justamente para este volumen, en el que López Mozo nos cuenta que tiene guardados muchos otros papeles que posiblemente nunca vean la luz. Muchos de ellos proceden de su infancia y juventud, ya que empezó a interesarse por la literatura de chico, gracias a la biblioteca que le había dejado su abuelo, que había trabajado en la Institución Libre de Enseñanza. De estas líneas se desprende el cariño que el autor siente por aquella que fue su primera vivienda en Madrid, en la que quedó hasta comienzos de los años setenta y donde custodiaba los libros y los documentos que formaron su conciencia de dramaturgo. Nos habla también de su temprana y nunca abandonada vocación de articulista, de cuando hizo la mili en Almería, descubriendo una España distinta a la que estaba acostumbrado, y cita los versos de los pocos poemas que escribió en aquellos años. Y, finalmente, nos describe su flechazo por el teatro, sus primerísimas (y últimas) experiencias como actor, pero sobre todo el nacimiento de su pasión por la escritura teatral. Nota que cada vez que adelantaba en el dominio del género, se iba alejando del estilo y las temáticas costumbristas y se acercaba a cuestiones políticas y sociales, por las que tanto había sufrido su familia durante la dictadura. Nos describe el borrador de una pieza que finalmente no escribió, que trataba del regreso de un exiliado a España. A parte esta y otras pocas experiencias juveniles, la obra que considera la primera de su carrera es Los novios o la teoría de los números combinatorios, que compuso a la manera de Ionesco y que fue estrenada por el Teatro Universitario de Sevilla. A partir de allí, se multiplican las publicaciones y los montajes de sus textos, muestras de una fuerza creadora que se vio mermada solo en parte por las circunstancias políticas y sociales de la España de la época.

Cierran el volumen algunas fotos y la reproducción de algunas páginas de sus apuntes que nos permiten ver con nuestros propios ojos lo que acabamos de leer. En fin, La mano en el cajón es una verdadera joya para los estimadores no solo de Jerónimo López Mozo sino del mundo del teatro en general, ya que arroja una luz nueva y cautivadora sobre el proceso creador, sobre la vida artística de aquellos años, además de darnos a conocer escritos inéditos o poco conocidos de uno de los artistas más refinados, eclécticos y longevos del teatro español contemporáneo.

 

 

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