N.º 54Teatro presencial y teatro virtual

 

RESEÑA

Espejo de víctimaEspejo de víctima

Felicidad González Santamera

 

Ignacio del Moral
CDN, Autores en el Centro, Madrid, 2019

 

 

 

 

Del 20 de marzo al 21 de abril de 2019 se representó en la sala de la Princesa del teatro María Guerrero de Madrid Espejo de víctima de Ignacio del Moral bajo la dirección de Eduardo Vasco, creador del título común para la puesta en escena de La lástima y La odiosa, dos textos independientes muy estrechamente relacionados. Con este trabajo autor y director retomaban su primera y exitosa colaboración, Rey Negro, de 1997. Este nuevo montaje en colaboración contó, además de con la maestría del director, con las magníficas interpretaciones de Jesús Noguero y Eva Rufo. El excelente resultado hizo que fueran candidatos a los XXIII Premios Max en sus respectivas categorías: Ignacio del Moral, autoría teatral; Eduardo Vasco, mejor dirección de escena; Eva Rufo, mejor actriz protagonista y Jesús Noguero, mejor actor protagonista.

La lástima es el primero de los dos textos que escribió Ignacio del Moral y lo hizo por encargo. Con él participó en el I Torneo de Dramaturgia celebrado en el Teatro Español de Madrid entre los meses de mayo y junio de 2017. El torneo enfrentó a ocho dramaturgos a lo largo de mes y medio. De acuerdo con las condiciones establecidas, los textos debían ser originales, escritos para dos personajes, la duración no podía exceder de 45 minutos, no tenían que necesitar escenografía o luces y a mitad de la obra debía ocurrir algo decisivo.

Las obras del Torneo se enfrentaron en combates de dos en dos. Los ocho dramaturgos que se batieron en duelo en esta primera iniciativa fueron Lourdes Ortiz frente a Marta Buchaca, Ignacio del Moral con Santiago Cortegoso, Yolanda García Serrano frente a Carolina Román y Sergi Belbel con Lola Blasco. Tras los distintos encuentros, la última confrontación enfrentó a Yolanda García Serrano e Ignacio del Moral. El ganador del torneo fue Ignacio del Moral.

 La odiosa se escribió más tarde, siguiendo las mismas condiciones establecidas para  las obras del Torneo y con la intención de completar la visión de la primera obra y el tiempo de una representación habitual en nuestra escena.

Los dos textos se publicaron en un solo volumen en marzo de 2019 en edición del CDN coincidiendo con las representaciones. En la nota introductoria al libro el autor clasificó las obras como diálogos tensos y, efectivamente, la tensión entre los personajes es el rasgo predominante: en cualquier situación, aunque parezca trivial, nunca se percibe empatía alguna, solo rivalidad, enfrentamiento y tensión.

 

Primera parte: La lástima

Dos personajes a los que el autor llama Él y Ella dialogan con el pretexto de una entrevista periodística. Él es un político triunfador que vive su gran momento pues está a punto de ser nombrado el candidato de su partido. Ella es periodista de una revista femenina, Yo, mujer, aunque el artículo que va a escribir aparecerá paradójicamente en la sección Hombres con poder. Lo que podría ser una entrevista rutinaria sobre la vida y los gustos de Él, se va transformando poco a poco en un tremendo viaje al pasado. Entrelazando preguntas y respuestas van apareciendo los temas que darán sentido al encuentro: la asimetría, el olvido, la muerte, la impunidad, la memoria, los lideres, el fracaso, las víctimas, el victimismo… Él se va mostrando como un líder político valioso: hombre sin rencores, trabajador infatigable, enérgico, humano, triunfador…  Sin embargo, en un habilísimo giro, una antigua imagen lo cambia todo y descubrimos que hay algo oscuro en el pasado de Él y de Ella que los hermana. Todos esconden un monstruo dentro, todos son víctimas y verdugos, todos acogen un lado perverso.

El final queda abierto, nunca sabremos cómo vivirán los personajes con su monstruosidad.

 

Segunda parte: La odiosa

También dos personajes, Hombre y Mujer.

El Hombre interrumpe a la Mujer para hablar con ella. Él es un ser inquietante, se percibe que guarda un secreto. La Mujer es una famosa influencer que ha sido víctima de un atentado terrorista en el que perdió una pierna y un ojo. Pero no es una víctima al uso, sino que rechaza el papel de víctima, quiere llevar una vida normal, ha superado el trauma y muestra su despreocupación y su sexualidad públicamente, rehúsa dar pena, porque está viva. Se considera una superviviente y no una víctima. Habla en las redes sociales de sexo y muestra su parche en el ojo, le gusta provocar y por ello recibe amenazas e insultos en las mismas redes.

Pero, como en La lástima, la conversación descubre un pasado en común que los lleva a un final catastrófico.

Las dos obras son, por tanto, las dos caras de una misma situación, como una imagen reflejada en un espejo sobre lo que supone ser una víctima. En ambos textos sus personajes hablan, se enfrentan, discuten, discurren por asuntos distintos, pero siempre con un tema predominante y común: el victimismo. Los cuatro personajes son víctimas de las víctimas, víctimas para ganarse la compasión de otros, para evitar responsabilidades, para obtener la comprensión. En sus tensos diálogos, magistralmente construidos por el autor, se van articulando otros temas de gran actualidad como el maltrato, el bulling, la actuación de los políticos, el terrorismo, el sexo, el amor…. El conjunto es una lúcida reflexión sobre un problema frecuente banalizado por tertulianos y profesionales del victimismo.

 

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