Cuaderno de bitácora
NN 12
de Gracia Morales
El inicio
Día 23 de diciembre de 2007, vuelo Roma-Madrid.
Yo iba leyendo un reportaje sobre el trabajo que realiza el Equipo Argentino de Antropología Forense, titulado “La voz de los huesos”. Mientras sobrevolábamos el Mediterráneo, pude revisar con atención cada palabra del artículo, fijarme en las fotografías, contemplar rostros, expresiones, detenerme en el testimonio de los que eran entrevistados… Y entonces una imagen apareció nítida en mi mente: una forense frente a los restos de un cadáver, realizando el estudio de los huesos, mientras la persona muerta es testigo de ese proceso de investigación. Este fue el germen de NN 12.
El desarrollo
1) Investigación
Desde el comienzo fui consciente de que abordaba un ámbito científico que me era desconocido. Si uno de mis personajes iba a ser una forense, necesitaba apropiarme de su lenguaje y sus acciones. Para ello me estuve documentando, por mi cuenta, durante los dos primeros meses, pero me percaté pronto de que con esto no iba a bastar: necesitaba la ayuda y el asesoramiento de algún especialista en este campo. En la Universidad de Granada contamos con el Laboratorio de Identificación Genética, fundado en 1991 por el profesor José Antonio Lorente Acosta, quien lo dirige actualmente y cuyo excelente trabajo cuenta con un reconocimiento internacional. Me puse en contacto con él (no sin cierto pudor) y tuve la suerte de que se interesara en este proyecto. José Antonio Lorente tuvo la generosidad y la paciencia necesarias para acompañarme durante el proceso de escritura, resolviendo las dudas que me iban surgiendo y revisando el texto final para corregir posibles errores. Su apoyo fue, sin duda, imprescindible para hacer posible este texto.
2) Creación de la fábula
En paralelo a la labor de documentación, la historia que llegaría a ser NN 12 comenzaba a perfilarse. Voy a tratar brevemente las cuestiones que me parecen más importantes.
– La definición de los personajes: A los dos que se encontraban en mi idea inicial (la Forense y la NN), pronto se unió un tercero: el hijo de la NN, que busca conocer quiénes son sus padres. Su aparición resulta fundamental en el texto. NN es una figura dramáticamente muy problemática: se trata de alguien cuya vida ya terminó; está muerta y por tanto corría el riesgo de convertirse solo en una voz del pasado, sin ninguna evolución a lo largo de la obra. El hijo (Esteban) rompía con ese posible estatismo: a NN le habían hecho creer que su bebé nació muerto, y ahora, veintitantos años después de haber sido fusilada y arrojada a una fosa común, debe aceptar a ese muchacho, que es un desconocido para ella. Ese es su conflicto presente.
Por último, incluso a pesar de mi propia voluntad (para facilitar el montaje posterior, había previsto que se necesitaran sólo tres actores), iba llamando a la puerta otro personaje más: el Hombre Mayor. Se perfilaba poco a poco, como siendo iluminado desde la sombra, y así se lo terminé planteando también para el público: su presencia se va aclarando a lo largo de la obra y es en el último tercio cuando sabemos realmente quién es.
— La mezcla de lo real y lo irreal: Santiago Trancón, en su libro Teoría del teatro, propone definir este ámbito artístico como “una verdad ficticia” o “una ficción verdadera”. Son las posibilidades que ofrece este espacio intermedio, donde se crea un mundo físico real, pero a la vez imaginario, las que me interesa explorar como autora.
En NN 12, dentro de la ficción que nos permite el juego teatral, el espectador ve y oye constantemente a NN, alguien que murió veintitantos años atrás. En cambio, la forense y Esteban, que comparten con ella el espacio escénico, no son nunca conscientes de su presencia. NN, por su parte, sí que los percibe a ellos: los escucha, los observa e incluso, finalmente, consigue influirles de algún modo, pero nunca puede intervenir en sus acciones. Por último, NN sí que se presenta físicamente ante el Hombre Mayor, que la conoció antes de su fallecimiento y que es el único, por tanto, que puede recordarla y “verla” después de muerta.
— El uso la intriga: La línea fundamental de la fábula es el proceso de investigación de la forense. Quise que el espectador acompañara a este personaje en su camino hacia la verdad. Ir desde la ignorancia hacia el conocimiento: esa era la premisa básica. Dosifiqué la información de modo que el público siempre estuviera haciéndose preguntas, obteniendo respuestas y volviendo a plantearse nuevos interrogantes. Para ello era necesario medir muy bien los datos que se iban aportando, eliminando lo superfluo, pero aportando todas las pistas necesarias para que el espectador no se perdiera en ese recorrido.
— La voluntad de universalidad: La temática que aborda NN 12, la desaparición de personas durante los conflictos bélicos y las dictaduras, es, desde mi punto de vista, una cuestión que afecta, no a una nacionalidad o a un tiempo específicos, sino a la humanidad en su conjunto. El abuso de poder, la tortura, la utilización de la mujer como objeto sexual, el enterramiento clandestino, la apropiación de los niños… son “prácticas” universales, sobre todo en aquellas situaciones en las que se anulan los derechos individuales. Por eso, mi intención fue conseguir que los hechos narrados no se localizaran ni en una fecha ni un espacio concretos. Tuve que ser muy cuidadosa para evitar que hubiera referencias explícitas, aun a riesgo de que algunos elementos se quedaran en un ámbito un tanto abstracto.
En este sentido, me parece significativo el reto que suponía elegir los apellidos para los personajes. Los nombres me parecían menos elocuentes, pero los apellidos sí que remitían a una nacionalidad más claramente. ¿Qué hacer entonces? ¿Inventarlos? Esto me resultaba muy artificioso. Finalmente, pensé en una imagen que, de algún modo, está contenida en el monólogo final de NN: los ríos. Elegí apellidar a los personajes con nombres de ríos, para trazar, así, un mapa secreto de países donde yacen, silenciados, restos de desaparecidos. Así Lujan, Alvares, Navia, San Juan, Ibar, Cabriel, Murat o Valdivia, remiten a ríos de Argentina, España, Serbia, Turquía, Chile o Nicaragüa.
3) Escritura
Una vez que tenía claras algunas ideas, empezó la labor real de escritura: darles voz a los personajes, colocarlos en determinadas situaciones y ver cómo reaccionaban. Esta fase siempre me resulta fascinante: por mucho que haya previsto el camino que la obra va a seguir, los personajes suelen terminar por sorprenderme, desviándose de la línea trazada o descubriéndome facetas que no había sido capaz de entrever con anterioridad.
Sin duda, el personaje cuyo desarrollo me supuso un maravilloso y exigente esfuerzo fue NN. ¿Cómo se expresa alguien que lleva más de veinte años en una fosa común? En un proceso apasionante y vertiginoso, elegí destruir para ella el habla normal, llenándola de grietas, huecos, reiteraciones, desórdenes, etc…, pero tratando a la vez de que no se perdiera el sentido. Todo un reto.
Lo que vino después
El día 10 de noviembre de 2008, Santiago Moncada, Presidente de la Fundación Autor, me telefoneó para comunicarme que NN 12 había resultado ganador, por unanimidad, del Premio SGAE 2008. El galardón incluía el compromiso de editar la obra en la Colección Autor y, efectivamente, este texto se publicó en 2010.
Por su parte, Remiendo Teatro estrenó este montaje en 2009, bajo la dirección de Juan Alberto Salvatierra y tuve la suerte participar en este proceso, primero como ayudante de dirección y luego como actriz.
Y a partir de ahí, el director Jorge Rotondo monta esta obra en Argentina; un grupo de alumnos de la California State University también la han representado en inglés, dirigidos por Dawn Monique Williams, y próximamente se estrenará en México, bajo la dirección de Juan Sahagún.
Todavía hoy, cuando escucho las frases de NN 12 en boca de los actores, me cuesta trabajo reconocer que este texto realmente lo he escrito yo. Me parece que los personajes esperaban en algún lugar, agazapados, a que alguien, un dramaturgo, viniera a despertarlos y a contar su historia.
Y me sigo sintiendo afortunada de haber sido yo la autora elegida.
NN 12
[ fragmento ]
Escena 3
(Mientras la FORENSE hace fotos de los restos, NN habla con calma. Su discurso está, a veces, entrecortado. Se esfuerza pero, cada tanto, no encuentra la palabra que busca y tiene que volver atrás y reintentarlo. No es inseguridad o falta de firmeza; es como si el habla estuviera rota y tuviera que ir recomponiéndose.)
NN. La tierra está / la tierra / la tierra está llena de voces. Ahí abajo, nos hablamos, unos a otros nos hablamos. Y nos decimos, nos contamos. El nombre. La edad. Nuestras ciudades de cada uno. Por qué nos arrestaron. Cómo era esa mirada / esa / la mirada de quien / la mirada. Voces. Voces rotas entre la tierra. Y escucharlas muy quietos, con atención.
A un hombre le faltaban estas (Muestra sus manos.), las dos. Y repetía siempre: “¿Por qué me las cortaron? ¿Por qué? ¿Qué razón tendrían los hijos de puta?”. Siempre lo repetía.
Otro, uno más antiguo, que habla de su mujer. Su voz, su risa, la forma chiquita de sus / sus / (Hace gestos con los dedos, pero no encuentra la palabra. Continúa.) Recordarla y recordarla y pensar en un hijo que venía. Cuando se lo llevaron, la mujer estaba ya de cuatro / de cuatro meses. ¿Habrá sido niño o niña?, seguía cuarenta y tantos años después. ¿Niño o niña? Preguntándose todavía.
La tierra vive. Llena de / de / de historias. Y de llantos. Los muertos recientes, ellos los que más fuerte y mientras casi no permiten escuchar. Luego se acostumbran a aquello / a la oscuridad / y al olor húmedo tan húmedo, y dejan de llorar y aprenden.
Por debajo de la tierra, las palabras / cómo suenan las palabras / se mueven kilómetros, miles y miles. Así. Y llegan. Llegan limpias. “A mí ya no me duele nada”, dice uno, “Aquí / aquí no hay mesas frías ni cubos de agua, ya no pueden hacerme daño aquí”. Luego, una mujer joven, casi una niña: “Mi padre, mi pobre padre, se va a volver loco buscándome, lo sé, él no va a parar nunca hasta encontrarme, con lo cabezota que es, mi pobre padre”. Cada uno su propia voz. Algunos enfadados siempre: “¡Ya está bien de quejas! ¿A quién coño le importan vuestras historias? Ni aquí abajo se puede disfrutar del silencio, joder.” (Se ríe levemente.)
(La risa cesa.) Alguien cantaba también / alguien / una mujer / siempre la misma canción (Tararea el comienzo de la canción Lili Marlene.).– Vor der Kaserne / Vor dem großen Tor / Stand eine Laterne / Und steht sie noch davor / So woll’n wir uns da wieder seh’n…
Palabras, ahí, ahí abajo. Con desesperación a veces. Con / con / miedo. Con rabia también. Y desde lejos se oyen. Como si todos los muertos sin nombre nos pusiéramos juntos, oyéndonos apretados, para quedarnos menos solos.
Ahora nos estáis sacando afuera. Separándonos, nos estáis separando y dejándonos así extendidos, limpios, bien colocados. Pero, ¿queréis escuchar todo / todo esto que / lo que traemos para contaros?

Puesta en escena de NN 12 de Gracia Morales por Remiendo Teatro, dirección Juan Alberto Salvatierra.
Escena 5
(El laboratorio forense.
ESTEBAN y NN en escena. NN sigue apartada, donde quedó en la escena anterior. ESTEBAN está mirando el esqueleto sobre la mesa.)
NN. En esos huesos ya no. Ya. Aunque los mires y los mires.
ESTEBAN. Me llamo Esteban.
NN. No.
ESTEBAN. Tengo veintisiete años… Bueno, eso sí lo sabes, claro… Trabajo en una carpintería. No estoy casado, ni tengo novia tampoco. Soy… una persona más bien solitaria.
NN. Es demasiado / demasiado /. Tarde ahora. ¡Demasiado!
ESTEBAN. Yo… no me acuerdo de ti. Ni de mi padre. Sería más fácil si pudiera recordar algo: un olor, una imagen, vuestra voz…; ahora podría hablar contigo… no sé… de otra manera. Pero no recuerdo nada. En el orfanato me dijeron que me habíais abandonado. Había muchos casos como el mío y siempre nos decían eso. Se han ido, os han abandonado. ¡Qué hijos de puta! Me pasé toda la infancia, avergonzado, con rabia, preguntándome por qué mis padres no habían querido quedarse conmigo.
NN. (Se acerca a él.) A ella también le mintieron, ¿entiendes? Ella / ella creía / Porque le dijeron / Ella creía que tú /
ESTEBAN. ¿Sabes que seguí meándome en la cama hasta los once años? Me castigaban por eso. Todavía hoy a veces sueño que me meo mientras duermo, y me despierto aterrado, sudando, esperando el golpe de la madera en las palmas de las manos.
NN. ¡Ella no lo sabía!
ESTEBAN. (Con una media sonrisa.) Debo parecer un loco… contándole estas cosas a… a un esqueleto. Pero… tengo tantas palabras aquí dentro… Las plantas, me gustan las plantas. Tengo muchas en la casa y las cuido bien. Les dedico mucho tiempo. Y leer. Las novelas de viajes, sobre todo. (Breve pausa.) Ojalá te hubiera encontrado viva, aunque fuera después de tanto tiempo. Para poder hablar contigo de verdad. Pero esto, ¡¿qué hago ahora con esto?! ¿Eh? ¿Qué hago ahora? Porque yo no había perdido las esperanzas de encontrarte viva, ¡joder! Qué idiota, ¿no? ¡Qué idiota! (Pausa.) ¿Y él? ¿Dónde está? ¿Habrán tirado también su cadáver por ahí? ¿O sigue vivo? ¿Lo sabes tú? ¿Sabes tú dónde está mi padre?
NN. No debía haber / así no / no debía haber / sido así.

Puesta en escena de NN 12 de Gracia Morales por Remiendo Teatro, dirección Juan Alberto Salvatierra.
Escena 11
(Laboratorio forense. FORENSE, ESTEBAN y NN.
ESTEBAN acaba de leer las cartas. La FORENSE sigue con ropa normal, sin la bata blanca. Al principio NN permanece apartada, escuchando pero sin querer participar de la escena.)
ESTEBAN. ¿Esto es verdad?
FORENSE. Es lo que afirma esta mujer.
ESTEBAN. Entonces, ¿mis abuelos lo sabían?
FORENSE. No los juzgue mal. Seguramente no pudieron hacer nada. O tuvieron miedo. Hasta hace muy poco, nadie hablaba de esto. Nadie se atrevía.
ESTEBAN. (Tras una pausa.). Si este hombre está vivo, ¿podemos hacer una prueba de ADN?
FORENSE. Él tendría que dar su consentimiento.
(ESTEBAN se queda mirando las cartas. Silencio.)
FORENSE. ¿Quieres conocerlo?
NN. (Se acerca a ellos, como si pudiera intervenir.) No.
ESTEBAN. ¿Cómo dice?
NN. No, no, no por favor.
FORENSE. (Alargándole un papel.) Esta es su dirección.
NN. ¡No la escuches! ¡No! ¡Vete / vete de aquí!
ESTEBAN. ¿Ha ido a verlo? ¿Ha ido usted a verlo? (La FORENSE no contesta.) ¿Qué le ha dicho?
FORENSE. No he hablado con él.
ESTEBAN. Yo… No sé si quiero…
FORENSE. Ernesto Navia San Juan.
NN. ¡Por favor! Él no. Él ahora no.
FORENSE. Está casado. Tiene tres hijos. Y cuatro nietos.
ESTEBAN. Todo eso me da igual.
FORENSE. Hace poco cumplió sesenta y dos años. Tiene una vida normal. Perfectamente normal.
ESTEBAN. ¡Lo que dicen estas cartas puede ser mentira!
FORENSE. Su hija menor tiene tu misma edad. Es maestra. ¿No te parece irónico?
ESTEBAN. ¡¿Por qué me cuenta esto?!
NN. ¿No ves que no / que no quiere?
FORENSE. ¿Tú crees que ella conocerá lo que hacía su padre? ¿Crees que sospechará que tiene un medio hermano por ahí? Y seguramente no eres el único. Posiblemente les hizo esto a más mujeres.
ESTEBAN. ¡Puede no ser verdad!
FORENSE. Lo ascendieron. A capitán. Ahora está retirado y se dedica a jugar con sus nietos y a cuidar de su jardín. Tiene un precioso jardín lleno de rosas.
ESTEBAN. ¡Cállese!
NN.– ¡Le estás haciendo daño!
FORENSE. Te pareces un poco a él. Pero no mucho.
ESTEBAN. ¡¿Qué quieres de mí?! (Agarrándola por los hombros.) ¿Qué quieres de mí?
FORENSE. Ha envejecido bien. Solo tiene problemas para ver de cerca.
ESTEBAN. ¡Cállate! ¡Cállate de una vez!
(ESTEBAN parece a punto de pegar a la FORENSE.
En lugar de eso la suelta y, como borracho, se acerca a la mesa donde están los restos de NN. Con varios manotazos los arroja por el suelo. NN cae al suelo, doliéndose, como si la hubieran golpeado.
ESTEBAN se da cuenta de lo que ha hecho al ver los huesos tirados, el esqueleto deshecho. Le entran ganas de vomitar. Se aparta, sin poder reprimir las arcadas. La FORENSE se acerca a él. Le sujeta la cabeza mientras ESTEBAN vomita. )
FORENSE. La tierra está llena de voces. Voces sin nombre, que siguen hablando todavía, muchos años después de haber muerto. Ahora, poco a poco, las estamos sacando a la luz… Pero tenemos que ser muy fuertes si queremos escuchar lo que tienen que contarnos.