Entrevista a Ernesto Caballero

por Asociación de Autores de Teatro — jueves, 9 de octubre de 2014

 

17 de septiembre 2014

Por Yolanda Dorado

 

 

 

 

 

El público está apoyando al autor español”Ernesto Caballero.

 

 

 

Ernesto Caballero nos recibe en el Centro Dramático Nacional para hablarnos de su gestión, de los proyectos en marcha y de su visión como autor.

YOLANDA DORADO: Llevas dos años como Director del CDN. ¿Cuál es tu valoración como director? ¿Cuál crees que está siendo tu aportación?

ERNESTO CABALLERO:   Son otros los que tendrán que valorar mi gestión, aunque puedo decir que me siento satisfecho de estar cumpliendo el programa por el que he sido elegido, a pesar de las circunstancias y limitaciones que me he encontrado. Cuando llegué al CDN me propuse abrir las puertas a la profesión y esa apertura me ha hecho comprender la problemática de nuestro sector y todos los obstáculos que enfrentamos los creadores. Me reúno con profesionales del teatro de todas las edades y sectores todas las semanas desde que empecé en el Centro; como resultado de ese intercambio la visión que tengo de la profesión se modifica día a día; hemos abierto las puertas del centro al teatro que se hace en todo el territorio español, a los jóvenes creadores por supuesto, pero sin olvidar a quienes han dedicado su vida a esta profesión, y ese es el diálogo más revelador, el generacional: nuestra sociedad tiene una fiebre de “nuevos talentos” o de “relevos permanentes”, es un fenómeno que está instalado en una cultura donde las personas son cosas de usar y tirar, y las obras de arte son modas pasajeras, cuando te pones a pensar en quienes han hecho posible que hoy estemos aquí, entras en otro lugar; mi equipo ha asumido ese riesgo, no hemos querido ir a golpe de tendencias sino presentar al público una selección del teatro nacional e internacional que le lleve a vislumbrar toda la amplitud que suponen las distintas generaciones que conviven en el teatro.

Y.D.: Viendo la programación y las actividades del CDN da la impresión de que tienes que manejar un “monstruo”.  ¿Estás disfrutando domando al animal o estás sufriendo?

E.C.: Pues como sucede en el mundo del teatro, lo pasas mal en muchas ocasiones, pero luego hay momentos que te compensan por todos los desvelos. Creo que hay un equilibrio que se adquiere al ver tu propio trabajo junto al de tus compañeros, una consciencia gremial, un sentimiento de responsabilidad  hacia la profesión. Disfruto junto a los artistas que vienen a formar parte de la programación del CDN, cada cosa que pasa en el Centro la vivo con una intensidad especial, llenar la casa de niños en Titerescena, o el María Guerrero de adolescentes en los premios Buero Vallejo, nuestro programa de teatro accesible, ver al público de pie ovacionando a la compañía Cheek by Jowl o a la profesión conmoverse  porque comprende que ya era hora de que Domingo Miras o José Ricardo Morales…, tuvieran un sitio en esta casa. Disfruto de todas estas cosas, del público agotando los abonos de la mirada al mundo en dos días… pero claro, en el teatro no todo son éxitos, hay apuestas que te hacen cuestionarte, replantearte las cosas, y ese es mi día a día… pero si tengo que hacer un balance de cómo me siento puedo decir que estoy agradecido y confío que el tiempo que me queda al  frente del CDN me permita abordar a los autores y proyectos con los que estamos en deuda.

Y.D.: Empieza la temporada con nada menos que el Ciclo “Una mirada al mundo”, con cinco espectáculos muy diferentes desde Declan Donnellan con su “Medida por medida” , un gran espectáculo con trece actores y coproducción con el Teatro de Moscú, a Testamento un texto intimista basado en una novela de una joven de 23 años acuciada por el cáncer terminal. ¿Qué es lo que te motiva como director para elegir estos montajes?

E.C.: Vuelvo al punto del que ya te hablé: el diálogo: “Una mirada al mundo” extiende el diálogo artístico que persigo y lo lleva más allá de las fronteras nacionales. Los espectáculos y compañías  invitadas lo son por su excelencia artística, por el compromiso de los creadores con la propuesta y porque nos ayudan a restablecer lazos que nunca han debido perderse, como es el caso del teatro iberoamericano, que ha estado siempre presente. Estas compañías no solo exhiben sus propuestas, sino que vienen al CDN a participar de encuentros artísticos como charlas y talleres con profesionales del Laboratorio Rivas Cherif; gracias a estos encuentros podemos reflexionar, por ejemplo, sobre las condiciones de estabilidad profesional que gozan algunas estructuras como las compañías que traemos de Rusia y sobre como esa estabilidad tiene que ver con la excelencia de las propuestas. También nos hace pensar en las motivaciones de los creadores y ver cómo los artistas de cada país están viviendo este tiempo que compartimos, y algo muy importante, gracias a esos encuentros, los creadores internacionales que nos visitan, se convierten en embajadores de nuestra cultura. Declan Donellan cuando tuvo ocasión de estar en el taller con actores del Laboratorio Rivas Cherif, manifestó un gran entusiasmo hacia nuestros intérpretes, al igual que Viktor Rizhakov, director del Centro Meyerhold de Moscú quien agradeció la oportunidad de conocer a nuestros intérpretes; fue muy emocionante porque al ver a la generación de jóvenes del Laboratorio comprendió que estaba en un país en el que el teatro gozaba de buena salud y a través de esos jóvenes comprendió algo importante de nuestra cultura. La cara visible del ciclo son los espectáculos que vienen, pero existe esta otra parte no menos importante…

Y.D.: Uno de los objetivos del CDN es el repertorio de autores vivos de varias generaciones. Veo en la programación del año 2014-2015 que desde los jóvenes Alberto Conejero, José Padilla y Alfredo Sanzol hasta Francisco Nieva, muchos tienen cabida en la programación. ¿Estás satisfecho? ¿Crees que el CDN a través de su programación y sus actividades como “Escritos en escena”, le está dando al autor español un sitio que antes no tenía?

E.C.: Estamos en ello, mi programa apuesta por el autor español. Considero nuestra dramaturgia como uno de los más valiosos patrimonios culturales que tenemos: tanto nuestros clásicos como los contemporáneos. En estos momentos nuestro teatro está despertando mucho interés fuera de España por el fenómeno de la nueva dramaturgia. También el público del CDN se está interesando por el autor. Creo honestamente que el nivel creativo de nuestros autores está por encima de la crisis, es decir, por encima de las condiciones que tenemos para impulsar su trabajo. “Escritos en la escena” es un programa concebido para promover esta nueva dramaturgia a través de la relación entre autores, directores, creadores de la escena y público;  muchas de las propuestas que se presentan son de máximo interés, aunque sólo podemos elegir dos, o lo máximo tres por temporada, que son las que puede abordar el Laboratorio, un espacio que no cuenta con presupuesto propio para investigación, algo que sería necesario revisar, de momento.

Y.D.: Desde la Asociación de Autores sabemos que estás haciendo un esfuerzo importante por llevar al autor español al extranjero. ¿Cuéntame los últimos avances en este sentido?

E.C.: Junto con Teatro del Arte se realizarán cuatro textos de autores españoles en el programa “Por primera vez en Ruso”; Ficción Sonora, programa consistente en que 9 textos se pueden escuchar a través de Internet en cualquier parte del mundo y a su vez se organizan sesiones en espacios de los Centros Culturales de España, también estamos en conversaciones con  el Instituto Cervantes de Londres para llevar este programa en el mes de junio 2015 dentro del Festival de Teatro Español en Londres (Instituto Cervantes), en este sentido se ha realizado la grabación de  Anomia, de Eugenio Amaya para la BBC4 en inglés. Hemos coproducido con  México, “La Sangre de Antígona” de Bergamín; desde el Departamento de Actividades Pedagógicas se ha atendido a Universidades internacionales, especialmente europeas y americanas, con los cuadernos pedagógicos y el envío de los textos. Algunas de nuestras coproducciones están llevando sobre obras de autor español vivo han sido exhibidas en diferentes países: La Copla Negra, de Antonio Álamo, Atlas de Geografía Humana, de Almudena Grandes, Pendiente de Voto  de Roger Bernat y Gólgota Picnic de Rodrigo García…

En fin, a pesar de las dificultades estamos abriendo cauces para la difusión de nuestra dramaturgia en extranjero… La situación económica nos ha convertido en un país poco vigoroso de cara a la exportación de nuestros bienes culturales, sin embargo aún se pueden hacer cosas, y las estamos haciendo… No me arredra la precariedad; he hecho toda mi vida teatro sin dinero, lo que intento  es optimizar al máximo los recursos que tenemos.

Y.D.: Cuando acabe la temporada 2015-2016 cesará tu cargo como director del CDN.  ¿Qué es lo que no has podido hacer por falta de presupuesto? y ¿Qué te dejaría satisfecho de tu paso por este teatro?

E.C.: A día de hoy, lamento que las producciones propias no estén girando suficientemente, la poca flexibilidad que me he encontrado para llevar adelante las giras por falta de presupuesto y por los errores de un modelo de funcionamiento administrativo que, por utilizar el consabido eufemismo, es claramente mejorable, han frustrado, de momento, el proyecto de difusión de nuestro teatro con el que venía. Espero al menos, poder dejar a mi paso una serie de propuestas para que ese modelo se replantee.

En cuanto a la segunda pregunta, desearía haber sido capaz de convertir las dos sedes del CDN en auténticas casas de teatro, lugares de encuentro  entre la ciudadanía y sus artistas de la escena. Creo que ha sido un reto haber puesto en marcha numerosas iniciativas además de los obligados montajes en plena época de recortes, algunas programaciones han sido un auténtico milagro. Considero que un Centro Dramático no debe ser un mero contenedor de espectáculos sino un dinamizador de la actividad teatral en todos sus aspectos; el espacio de investigación que hemos abierto con el Laboratorio Rivas Cherif desde donde se generan proyectos como los  Escritos en escena, La vía del actor, Los lunes con voz, Talleres, Las jornadas de escenografía, etcétera… está generando una estimulante dinámica que, estoy convencido, irá dando sus frutos con el tiempo.

Con respecto a la programación, mi pretensión no es otra que la de poner en valor un vasto repertorio que parte de Galdós y llega hasta nuestros días…  Un teatro de todos y para todos…  Así por ejemplo, el programa último minuto que posibilita a los menores de 30 años adquirir una entrada con un 70% de descuento; igualmente se han abierto de forma permanente nuestros teatros al colectivo de discapacitados, también hemos sido pioneros en dotar a nuestro teatro de sistemas de accesibilidad para sordos e invidentes… La apuesta por los títeres que está convocando a gran número de público infantil, nuestros programas pedagógicos en los que cada vez hay más centros docentes implicados,… hemos creado una línea de publicaciones de autores españoles…  Todas estas iniciativas completan una línea de programación definida por un repertorio que pretende procurar disfrute artístico, memoria colectiva y autoestima tanto desde el punto de vista individual como colectivo. Creo en la responsabilidad que tiene el teatro de levantarnos el ánimo de la colectividad,  especialmente en momentos como los actuales. Quisiera pensar que en alguna medida estoy contribuyendo a ello.

Y.D.: No puedo dejar de preguntarte por las dramaturgas españolas. Las escuelas están llenas de mujeres, las universidades, las carreras de letras, las promociones de dramaturgia de la RESAD…  y sin embargo la prueba de que no superamos un 20% de “cuota” está en la programación de los teatros públicos, en los premios de teatro, en las publicaciones… ¿Cuál es el problema?

E.C.: En primer lugar, la circunstancia que señalas se corresponde a una realidad sociológica en la que, afortunadamente, la mujer se ha incorporado a espacios que tradicionalmente estaban reservados para los varones. Sin embargo, no hace mucho, durante los dos primeros tercios del siglo XX, salvo contadas y encomiables excepcionesel espacio dramatúrgico fue esencialmente masculino. Por tanto, el gran repertorio español contemporáneo lo han escrito varones. Esto ha sido así, como digo, hasta bien entrados los años setenta del pasado siglo.

Por otro lado, como antes he señalado, la programación la elaboro siguiendo un criterio de representatividad (odio este palabro de la jerga política, pero ahora no encuentro otro), de representatividad, digo, de los distintos momentos de nuestro teatro, y por otro, tomo en cuenta -junto al consejo asesor que he creado para corregir un exceso de legítima discrecionalidad- las propuestas de puesta en escena que presentan los profesionales, fundamentalmente productores y directores. En el primer caso nos encontramos con una franja donde apenas hay mujeres en un primer tramo, aunque después sí aparecen en esa categoría que conocemos con la consabida etiqueta de “autor vivo”. Pues bien, la presencia de estos compañeros y colegas en el CDN se contempla de dos formas diferentes. Primera; producciones propias; segunda, coproducciones con compañías o productoras. En el primer caso, se trata de grandes inversiones que nos obligan a llevar a cabo un máximo de dos títulos por temporada. Tales han sido los casos de Domingo Miras, José Ricardo Morales y Francisco Nieva… autores en activo y pertenecientes a generaciones en las que la escritura femenina brillaba por su ausencia. Me ha parecido que si tenía que establecer alguna prioridad (o cuota) la de la edad de nuestros compañeros no era un mal criterio. Sin embargo, cuando hemos considerado la producción de un texto de un autor de una generación posterior, nuestra apuesta se ha decantado por una dramaturga y mujer de teatro, Laila Ripoll, que con su Triángulo azul ha cosechado uno de los grandes éxitos de la temporada pasada. Por tanto, y sin dejarme coaccionar por las consabidas cuotas político-sociales, las autoras teatrales están en el CDN por méritos propios como estuvo en su día Lluisa Cunillé, y como estarán también antes que tarde muchos otros nombres de apreciadas colegas cuyo trabajo es digno de ser presentado en las mejores condiciones de exhibición.

Por otro lado, se da la circunstancia de que en mayoría de proyectos presentados por prestigiosos directores y productores, las   obras escritas por autoras vivas prácticamente brillan por su ausencia. ¿Por qué? La respuesta es compleja y excede este espacio; con todo, lo que resulta incuestionable es que la nueva dramaturgia española es un brillante acontecimiento cultural en el que destacan muchas escritoras de teatro que han forjado su trayectoria en los últimos diez años. La presencia en el Centro en las dos últimas temporadas de nombres como María Velasco, Lola Blasco, Verónica Fernández, Blanca Domenech, Carolina Román, Diana Luque… confirma esta circunstancia así como mi convicción en el gran potencial de este movimiento. Obviamente no están todas las que son, pero vamos a incrementar, temporada tras temporada esta brillante nómina. Estoy convencido de que dentro de unos años su presencia en la cartelera será una característica del buen teatro español.

Y.D.: Hablemos ahora no ya del personaje-director del CDN sino del autor y director teatral. Sobre todo del autor. ¿Cuál es tu necesidad de escribir teatro?

E.C.: Primero porque no sé escribir de otra manera que no sea creando situaciones a partir del diálogo, es decir revelando caracteres, personajes…Y segundo, la escritura ha sido para mí ese lugar del teatro de mayor liberación, porque no hay más intermediario que tú mismo, a veces, eso sí, el más intransigente. En cualquier caso, ese momento de recogimiento y soledad me resulta una extraña y placentera actividad.

Y.D.: ¿Cuál crees que es tu tema? ¿El tema que subyace debajo de la piel de todas tus obras?

E.C.: La idea de que finalmente todo lo que hacemos forma parte de un gran teatro, de una gran representación. Quizás esa idea de que somos unas criaturas arrojadas a un incierto escenario haciendo lo que pueden por salvar una función que no entiende ni el que la ha programado.

Y.D.: Por último me gustaría preguntarte: Has tenido compañía propia, has estrenado la mayoría de tus textos en buenas condiciones, has dirigido montajes excepcionales en este país, has adaptado a los clásicos… se diría que tu carrera profesional es imparable ¿Cuál es tu próximo sueño como autor?

E. C.: Seguir disfrutando al urdir fantasmagorías para esos distinguidos barracones de feria que llamamos teatros… Y si suena la flauta y surge la gran obra que todos esperamos escribir algún día, de esas que el imprevisible público decide hacerlas suyas por azares del gusto y la sociología, pues miel sobre hojuelas… A enriquecerse espiritual y, también ¿por qué no?, materialmente, que es como verdaderamente te quieren las musas.

Más información sobre el Centro Dramático Nacional y su programación en:

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